VIRGEN DEL CARMEN
Oraciones, Escapulario y Novena
Dios te salva María, del Carmen bella flor
Estrella que nos guías, hacia el sol del Señor
SÚPLICA
PARA TIEMPOS DIFÍCILES
Tengo mil dificultades: ayúdame. Amén. |
Al final, puede bajar versión imprimible.
ORACIÓN
QUE PUEDE REZARSE POR NUEVE DÍAS COMO NOVENA
Oh
Virgen Santísima del Carmen. Llenos de la más tierna confianza, como hijos que
acuden al corazón de su madre, nosotros venimos a implorar una vez los tesoros
de misericordia que con tanta solicitud nos habéis siempre dispensado. Por eso
a Ti clamamos en todos nuestros peligros y necesidades seguros de ser
benignamente escuchados. Tu eres la Madre de la divina gracia, conserva puras
nuestras almas; eres la Torre poderosa de David, defiende el honor y la libertad
de nuestros países; eres el Refugio de los pecadores, troncha las cadenas de
los esclavos del error y el vicio; eres el consuelo de los afligidos, socorre a
las viudas, a los huérfanos y desvalidos; eres el auxilio de los cristianos,
conserva nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia, en especial a sus obispos,
sacerdotes y religiosas.
Desde
el trono de vuestra gloria, atiende nuestras súplicas, ¡Oh Madre del Carmelo!.
Abre vuestro manto y cubre con él a todos nuestros países. Te pedimos el
acierto para los magistrados, legisladores y jueces; la paz y la piedad para los
matrimonios y familias, el santo temor de Dios para los maestros, la inocencia
para los niños, y para la juventud una cristiana educación. Apartad de
nuestras naciones los terremotos, epidemias y calamidades, alejad de nuestros
mares las tormentas y dad la abundancia a nuestros campos y montañas. Sé el
remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protección
especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio.
Oyenos
Madre clementísima y permite que vivamos unidos en la vida a la confesión de
una misma fe y la práctica de un mismo amor al Corazón Divino de Jesús,
podamos ser trasladados de la patria terrenal a la patria inmortal del cielo en
que te alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos. Así sea.
Origen
y privilegios del escapulario de Nuestra Señora del Carmen
El Escapulario de Nuestra Señora del Carmen, debe su origen a una célebre aparición de la Madre de Dios, hecha a San Simón Stock, General de los Carmelitas, el 16 de Julio de 1291. como este gran santo no cesaba de implorar la protección de María en favor de su Orden, esta buena Madre se apareció delante de él y le presentó un Escapulario que tenía, diciéndole: “ Recibe, querido hijo, este hábito de tu Orden; el es la señal del privilegio que he alcanzado para ti y para todos los hijos del Carmen; el que muera vestido de este Escapulario, será preservado de fuegos eternos. Es un signo de salvación, una salvaguardia en los peligros y la prenda de una paz y protección especiales. (Carta circular de San Simón Stock a sus religiosos)
¡Oh
Don precioso! ¡Oh promesa consoladora! ¡El que muera revestido de este
hábito, no caerá en las llamas del infierno! ¡Ah! ¡cuán buena es María! ¡Que
su santísimo e inmaculado Corazón sea para siempre bendito, alabado y
agradecido!
Pero
no es solo durante la vida que los fieles revestidos del Escapulario del Carmen
son asistidos por la Santísima Virgen; aún más allá de la muerte
experimentan los efectos de su poderosa intercesión. Una madre tan tierna no
podría ver a sus queridos hijos padecer largo tiempo en el Purgatorio. Ella
misma se apareció al Papa Juan XXII y le dijo: “ Yo, que soy la Madre de
misericordia, bajaré al Purgatorio el sábado después de la muerte de los
Cofrades del Escapulario, libraré a todos los que hallare, y los llevaré
conmigo a la gloria celestial”. Son las mismas palabras que el Papa insertó
después en su Bula el 3 de marzo de 1322. Esta Bula es llamada Sabatina y fue
confirmada posteriormente por muchos Sumos Pontífices.
El Padre Howard Rafferty, religioso carmelita, en una entrevista que tuvo con Sor Lucía, la vidente de Fátima, le preguntó qué quiso decir la Virgen en su última aparición en Fátima, apareciendo como Señora del Monte Carmelo.
Sor Lucía
contestó:
“La Virgen quiso significar que todos los católicos deberíamos usar el
Escapulario como parte del Mensaje de Fátima y que nosotros no estaríamos
cumpliendo plenamente ese Mensaje, si no llevamos puesto el Santo Escapulario.”
¿Diría usted que para aquellos que deseamos cumplir el Mensaje de Fátima, el
acto de llevar puesto el Escapulario es tan importante como el rezo de Santo
Rosario? Ella contestó simplemente:
“El Rosario y el Escapulario son inseparables”
El
Escapulario del Carmen
No es:
Un
objeto para una protección mágica (un amuleto), ni una garantía automática
de salvación, ni una dispensa para no vivir las exigencias de la vida
cristiana.
Es:
Un
signo "fuerte" aprobado por la Iglesia desde hace varios siglos, ya
que representa nuestro compromiso de seguir a Jesús como María 1) Abiertos a
Dios y a su voluntad guiados por la fe, por la esperanza y por el amor.
2) Cercanos al prójimo necesitado. 3) Orando constantemente y
descubriendo a Dios presente en todas las circunstancias. 4) Un signo que
introduce en la familia del Carmelo. 5) Un signo que alimenta la esperanza del
encuentro con Dios en la vida eterna bajo la protección de María Santísima.
Normas
prácticas
•
El Escapulario lo impone una vez para siempre, un religioso carmelita u otra
persona autorizada.
•
Puede ser sustituido por una medalla que represente por una parte la imagen del
Sagrado Corazón de Jesús, y por otra la de la Virgen. Esta medalla se bendice
cuando se cambia.
•
El Escapulario es para los cristianos auténticos que viven conforme a las
exigencias evangélicas, reciben los Sacramentos y profesan una especial devoción
a la Santísima Virgen (expresada con el rezo cotidiano de al menos tres Ave Marías).
Explicación
de la Promesa:
Muchos
Papas, santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa,
quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima
a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia
(sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte
del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida
cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.
Imposición
del Escapulario:
El
primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él
mientras dice:
"Recibe
este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo
lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la
vida eterna"
El
escapulario tiene 3 significados:
1)
El amor y la protección maternal de María:
2)Pertenencia
a María
3)El
suave yugo de Cristo
Quién
lleva el escapulario debe identificarse como católico.
La
Medalla Escapulario
La
medalla-escapulario tiene en una cara la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y
la imagen de la Bienaventurada Virgen María en su reverso. En 1910, el Papa Pío
X declaró que, una persona válidamente investida en su escapulario de tela podía
llevar la medalla-escapulario en su lugar, provisto que tuviera razones legítimas
para sustituir su escapulario de tela por la medalla- escapulario. Esta concesión
fue hecha a petición de los misioneros en los países del trópico, donde los
escapularios de tela se deterioran pronto. Ahora bien, el Papa Pío X y su
sucesor, el Papa Benedicto XV, expresaron su profundo deseo de que las personas
continuaran llevando el escapulario de tela cuando fuera posible, y que no
sustituyeran el escapulario de tela por la medalla escapulario sin que medie
primero razón suficiente. La vanidad o el miedo a profesar su fe en público no
pueden ser razones que satisfagan a Nuestra Señora. Personas de esta clase
corren el riesgo de no recibir la promesa del escapulario del Carmen.
Hermanos (as): En nuestras manos y en las manos de todos los católicos del mundo, la Santísima Virgen coloca el Rosario y el Escapulario como instrumentos de la Misericordia infinita de Dios en este mundo pecador. ESTA HERMOSA DEVOCIÓN NOS LLEVA NECESARIAMENTE AL DEBER DE CADA DÍA.
Además de estos maravillosos medios de salvación; en el Rosario y en el
Escapulario tenemos el arma poderosísima de DEBER DE CADA DÍA BIEN CUMPLIDO.
Pocos de nosotros estamos quizás llamados a ser mártires de la Fe. Pocos
tendremos la oportunidad de ejercitar las virtudes en grado heroico en defensa
de nuestra Santa Religión. Por eso, como sabia Madre, la Santísima Virgen nos ha
puesto una meta que todos podemos alcanzar porque está dentro del proyecto
cotidiano de nuestra vida: nuestro deber diario en espíritu de reparación por
nuestros pecados. Se incluye dentro del deber diario el rezo del Santo Rosario y
el llevar puesto el Escapulario.
Según Sor Lucía que habló tantas veces con la Virgen, esta es la esencia del
Mensaje de Fátima: EL DEBER DIARIO CUMPLIDO. Este poderoso instrumento consuela
grandemente el Corazón Maternal de la Madre de Dios, ultrajado y lastimado
diariamente por los crímenes del mundo. Por su medio, ¡Rusia se convertirá! Por
eso incluimos a continuación la oración apropiada.
OFRECIMIENTO MATUTINO PARA LA SANTIFICACIÓN DEL DEBER DE CADA DÍA.
Oh Dios mío, en unión con el Inmaculado Corazón de María, (se besa el
Escapulario), yo te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesús de todos los altares
del mundo, uniendo a Ella el ofrecimiento de todos mis pensamientos, palabras y
acciones de este día. Oh mi buen Jesús, deseo ganar todas las indulgencias y
méritos que yo pueda. Te los ofrezco y me ofrezco a mí mismo (a) a la Virgen
Inmaculada para que Ella los pueda aplicar de la mejor manera posible a los
intereses de Tu Sacratísimo Corazón.
Oh Preciosísima Sangre de Jesús, ¡sálvame!
Inmaculado Corazón de María, sé la salvación del alma mía. Amén
Volvamos ahora a hablar y profundizar en el conocimiento e importancia del Santo
Escapulario.
Advertencias
prácticas
Una
vez bendecido el primer escapulario, el devoto no necesita pedir la bendición
para escapularios posteriores. Los escapularios gastados, si han sido bendecidos
no se deben echar a la basura. Se pueden quemar o enterrar como signo de
respeto.
La
Virgen
María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean
tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho
privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle honor"
Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado
de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos
es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.
Condiciones
para que aplique este privilegio
1)
Usar el escapulario con fidelidad.
2) Observar castidad de acuerdo al estado de vida.
3) Rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas en honor a la Virgen) o
rezar diariamente 5 décadas del rosario.
El
Papa Pablo V confirmó en una proclamación oficial que se podía enseñar
acerca del privilegio sabatino a todos los creyentes ( liberación del
Purgatorio al sábado siguiente a la muerte del devoto).
El
Escapulario y la Virgen de Fátima:
Es
evidente que la Virgen María quiere revelarnos de manera especial el
escapulario. Reporta Lucía (vidente de Fátima, hoy Hermana María del
Inmaculado Corazón), que en la última aparición (Octubre, 1917, día del
milagro del sol), la Virgen vino vestida con el hábito carmelita y con el
escapulario en la mano y recordó que sus verdaderos hijos lo llevaran con
reverencia. También pidió que los que se consagraran a ella lo usaran como
signo de dicha consagración.
Oración
Dios Padre Misericordioso que hiciste al hombre varón y mujer, y desde el principio de su creación los uniste en matrimonio indisoluble; Tú que destinaste esa unión a los maravillosos fines del amor conyugal, de la procreación y educación de los hijos; Tú que por la boca de Jesucristo tu hijo nos ordenaste: "lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre".
Por la intercesión de María Santísima, Reina de la familia, Virgen del Carmen y Patrona nuestra, te suplicamos de todo corazón que hagas cada día más firme en todos nosotros el vínculo conyugal, para que, según tus amorosos designios, la familia originada en el matrimonio indisoluble sea de veras el fundamento de nuestra sociedad, y la esperanza más luminosa del futuro de nuestro mundo. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Oración final
Madre mía del Carmen, que dijiste a vuestro hijo Simón Stock estas palabras: " Recibe, querido hijo este hábito de tu orden; el es la señal del privilegio que he alcanzado para ti y para todos los hijos del Carmen; el que muera revestido de este escapulario, será preservado de los fuegos eternos". Oh mi buena Madre, haz que sea para mi signo de salvación, una salvaguardia en los peligros y la prenda de una paz y protección especial como tu misma lo señalaste. Así sea.
Encomendémonos a la Virgen de Carmen en todas nuestras necesidades y usemos el Escapulario, como nuestra Madre nos pide. Es importante merecerlo, no sirve portarlo y llevar una vida de pecado alejado de la fe Católica, pues de nada nos servirá.
San Simón Stock
Novena a Nuestra Señora del Carmen
La Novena se reza entre el 7 y el 15 de julio y la fiesta es el 16 de julio.
Dijo Juan Pablo II: “También yo llevo sobre mi corazón, desde hace tanto
tiempo, el Escapulario del Carmen! Por ello, pido a la Virgen del Carmen que
nos ayude a todos los religiosos y las religiosas del Carmelo y a los
piadosos fieles que la veneran filialmente, para crecer en su amor e
irradiar en el mundo la presencia de esta Mujer del silencio y de la
oración, invocada como Madre de la misericordia, Madre de la esperanza y de
la gracia”.
Por la señal, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío me has de perdonar mis culpas, y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen
bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a
Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida
Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu
sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo
las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia
Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo,
las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión
a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos como ofenden a tu divino
Hijo, y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que
todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por
toda la eternidad. Así sea.
DÍA PRIMERO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en
aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del
Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la
purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para
remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su
majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes
frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección
en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico
humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a
los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios,
alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente
gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome
de tu bendito Hijo Jesús, luz para conocer su infinita bondad y amarle con
toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo
comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y
conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis
prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve,
Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA TERCERO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir
con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los
mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el
Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te
ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios,
adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y
alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo
temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios
te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA CUARTO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu
especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de
hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para
buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en
todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus
excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me
alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado
también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la
predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así
Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre
de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA QUINTO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los
Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del
Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los
amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente
y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y
la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la
contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y
cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios
y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve,
Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA SEXTO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los
Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular
prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para
con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones,
procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus
hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como
verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que
merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo
suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de
misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo
Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para
defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del
demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te
ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en
todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las
tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para
conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te
Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA OCTAVO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial
protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu
santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia
salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno.
Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y
me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados,
encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma
no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la
gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve,
Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
DÍA NOVENO
Comenzar con el acto de
contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor
hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de
los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el
Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas
penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego,
Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de
cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este
singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios
te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar
con la oración final.
Tres testimonios de milagros por intercesión del escapulario carmelita
La Virgen entregó a San Simón Stock, General de los Carmelitas, el
escapulario carmelita en 1251 y le dijo: “Tú y todos los Carmelitas tendréis
el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno”; es
decir, quien muera con él, se salvará. Y luego, la Santísima Virgen se
apareció al Papa Juan XXII en el siglo XIV y le prometió para quienes
cumplieran los requisitos de esta devoción que
“como Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y protección
especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, (…) sean
trasladadas sus almas a la bienaventuranza”.
LA VIRGEN LE IMPIDE SUICIDARSE
Una Hermanita de los pobres, que murió en Francia siendo Superiora, contaba
lo que le había sucedido a ella misma:
Muerto mi padre, nos fuimos a vivir a París, mi madre, que ya era anciana, y
yo. En mi casa había dinero para abrir un modesto taller, y como yo sabía,
gracias a Dios, ganarme la vida con mi trabajo, logré ir haciendo un pequeño
capital. Pero después mi pobre madre cayó enferma de muerte, aunque la
enfermedad había de ser muy larga. Cerré mi taller y mi tienda y, dejándolo
todo, solamente me desvelaba por aliviar los padecimientos de mi madre (a
quien yo amaba de todo corazón) y de ir alargando su vida minada por un
cáncer, que no tenía cura. Al cabo de dos años murió mi querida enferma y yo
quedé sola en el mundo; y no solamente quedé huérfana, sino también
arruinada, porque todos mis ahorros y ganancias se habían consumido en la
enfermedad.
Aquella muerte, aquella soledad, aquella ruina, fueron mi perdición. Perdí
en efecto la esperanza en Dios nuestro Señor, me desesperé, y, finalmente,
para suicidarme, hice lo que vais a oír:
Entré una noche del mes de julio en mí aposento; cogí un gran brasero; lo
llené de carbones y lo encendí, y habiendo cerrado la puerta y la ventana,
me acosté para morir dulcemente por asfixia.
Serían como las cinco de la mañana, cuando casualmente, es decir,
providencialmente, vino a visitarme una antigua amiga mía que acababa de
llegar a París a aquellas horas. Llamó a mi cuarto; y como nadie contestase,
preguntó por mí a los vecinos; y sospechando todos alguna desgracia,
descerrajaron la puerta de mi cuarto y quedaron espantados al verme muerta.
Casualmente también, es decir, providencialmente, entraba entonces en la
casa el famoso Doctor Recamier para visitar a un enfermo; y habiéndole
rogado al doctor los vecinos que pasase a verme, el doctor me examinó muy
despacio, y declaró a todos los circunstantes que yo estaba muerta y bien
muerta.
Pero casualmente también, es decir, providencialmente, vio el Doctor que yo
llevaba el ESCAPULARIO DEL CARMEN, y entonces exclamó:
-No señores, no; no debe estar muerta esta mujer; lleva puesto el SANTO
ESCAPULARIO; y ningún suicida logra morir, aunque en ello se empeñe, cuando
lleva consigo este talismán.
Tomó, pues, en sus manos el Doctor mí Escapulario, volvió a ponérmelo bien,
tornó a mirar, a remirar, a palpar mi cuerpo yerto y a examinarme más
despacio. ¡Inútil empeño! No lograba encontrar en mí ninguna señal de vida.
Más no por eso se daba por vencido el cristianísimo Doctor, en cuyo rostro,
muy a las claras, se leían el dolor, la pena, el asombro y la profunda
meditación que le embargaban.
-Traed, dijo de repente, traedme dos mazos de madera, y vamos a golpear todo
el cuerpo, particularmente por la región del estómago. No puede ser que haya
muerto en medio de la desesperación quien lleva puesto el ESCAPULARIO DEL
CARMEN.
Comenzaron a menudear suaves golpes de mazo sobre mi cuerpo frío; y el sabio
y piadosísimo Doctor examinaba atentamente a cada minuto mis yertos
despojos, sin descubrir ni atisbar ninguna señal cierta de vida. Y así se
pasó una hora mortal: ellos dándome golpes con los mazos, y él observando
con mucha atención y diligencia mi cadáver.
Pero de repente se ilumina la cara del Doctor Recamier, el cual, con
lágrimas en los ojos, comenzó a gritar:
-Ya, ya vuelve a la vida este cuerpo. Bien lo decía yo: Nuestro Señora del
Carmen no podía dejar morir así a quien llevaba puesto su SANTO ESCAPULARIO.
Confusos, atónitos y espantados quedaron los circunstantes, que después de
aquella larga brega, casi fúnebre, habían perdido ya toda esperanza. Pero
todos se desvivían después (Dios se lo pague) por cuidar amorosamente de
esta infeliz pecadora.
Finalmente logré la más cabal salud; lloré mi pecado, pedí perdón a Dios y a
los hombres y entré en religión. Yo deberé, pues, mi salvación eterna al
bendito ESCAPULARIO de la Santísima Virgen del Carmen.
PRÉNDESE FUEGO UNA CASA, Y ARROJANDO A LAS LLAMAS EL SANTO ESCAPULARIO SE
APAGA
El Rvdo. P. Mtro. Fr. Francisco Boersio, nos dice que en Ada, lugar del
Obispado de Milán, prendiose fuego en la casa de Alejandro Coto. Fue tan
desdichado, que cuando llegó el remedio fue tarde, pues hallándose la casa
en despoblado y algo distante del lugar, no siendo más que él y un hermano
suyo para apagarlo, tras hacer esfuerzos desesperados, vieron con gran
sentimiento y dolor que por todas partes era el inmueble presa de las
llamas.
En tal congoja y tribulación ocurriósele a uno de ellos el echar o arrojar
sobre las llamas el Escapulario de la Santísima Virgen del Carmen que traía
pendiente de su cuello, a lo cual le alentó el otro hermano, diciéndole que
había oído decir muchas veces que echando el Santo Escapulario sobre el
fuego se había apagado de súbito. Ejecutáronlo así y el conflicto o falta de
medios materiales para lograr sofocar el fuego, alentó aún más su fe y
devoción para suplicar con ansias a María Santísima se dignase poner
remedio, mediante su bendito Escapulario, a aquella tribulación que les
descorazonaba y afligía sobremanera.
No tardó más la Santísima Virgen en socorrerles que ellos tardaran en
arrojarle con ardiente fe y rendida confianza sobre las llamas de aquel
fuego devastador, pues al punto reconocieron la superior virtud del Santo
Escapulario y resolviéronse en denso humo las voraces llamas.
Respiraron consolados con tal prodigio ambos hermanos, que puestos de
rodillas no cesaban de dar gracias con indecible júbilo y alborozo a la
Madre de Dios; pero he aquí que al levantarse quiso el cielo que admirasen
otro mayor, pues entre vivas ascuas hallaron el Santo Escapulario de María
intacto, sin haber osado el fuego tocarle ni ofenderlo lo más mínimo.
Llegó presto a Milán la noticia del suceso, y el Sr. Vicario lo examinó y
jurídicamente lo aprobó, para que en todo tiempo diésemos gracias a nuestra
Madre amable, que así se digna consolar a los que con viva fe y rendida
confianza acuden a su valiosísima protección en los instantes de inminente
peligro.
CASTIGO EJEMPLAR
Ha sido táctica secular de los herejes protestantes ridiculizar las
prácticas de devoción de los católicos, sobre todo las relacionadas con la
Santísima Virgen. Pero, mal que les pese, Ella ha sido siempre la que
quebranta con su huella inmaculada todas las herejías, como canta la
Iglesia.
Una sacrílega parodia que hicieron los protestantes el año 1923, en la
ciudad de Añasco, en la isla de Puerto Rico, es buena prueba de la
popularidad inmensa que había alcanzado y que goza afortunadamente la
devoción al Santo Escapulario de nuestra Madre del Carmen, que no en vano
desfilaron por la isla apóstoles de la devoción a nuestra dulce Madre, tales
como los padres Elías Sendra, Espiridión María Cabrera y el fervoroso y
santo apóstol P. Elías Besalduch, y no menos lo es en la actualidad el
benemérito Carmelita padre José Sánchez. Tratose, pues, de ridiculizar por
los protestantes tal devoción como una de las de más honda raigambre entre
los católicos.
El relato del caso es del Rvdo. P. Pedro de Arancibia, agustino, natural de
abadiano, residente por aquellas fechas en Puerto Rico. El hecho tuvo lugar
en la ciudad de Añasco, el día 24 de diciembre del mencionado año de 1923.
Celebraban, dice el P. Arancibia, los protestantes una velada, intentando
ridiculizar nuestras devociones y hacer burla y chacota del clero católico.
En la tal velada tomaban parte una joven de apellido Domínguez, que
desempeñaba el papel de princesa. Un joven, Pietri, hacía de sacerdote
católico. Pietri exigió dinero a la joven Domínguez. A la negativa de ésta,
el cura Pietri, montando en cólera, insultó violentamente a la princesa,
diciéndola: “Te vas a condenar, eres mala católica”. La joven Domínguez,
para demostrar su catolicidad religiosa, muéstrale un Escapulario de la
Virgen del Carmen que pendía de su cuello. El iracundo y frenético cura se
lo arrebata de las manos, diciendo: “Esto es una tontería, una por…”
levantando el brazo en actitud de arrojar al suelo el bendito Escapulario.
Pero Jesús, que suele tolerar con más paciencia los agravios inferidos a su
persona adorable, suele hacer sentir su mano justiciera sobre los que se
atreven a injuriar a su Santísima Madre.
En el presente caso no quiso que se profanara el honor de María y quedase en
ridículo la devoción predilecta del pueblo católico de Puerto Rico. El brazo
que se levantara para arrojar el Santo Escapulario del Carmen, como herido
por un rayo, queda inmóvil. El joven Pietri queda idiota; no sabe ni puede
responder a los que, estupefactos, le preguntan qué le pasa. El que entró en
la velada rebosante de salud y alegría, sale a hombros de sus amigos,
paralítico, idiota y enfermo.
Los protestantes hubiesen querido ocultar el espantoso suceso, mas, por
fortuna, había en la velada, también, algunos católicos, que pusieron
inmediatamente en conocimiento de su párroco todo lo sucedido, el cual
refirió lo ocurrido para edificación de sus feligreses, en las fiestas del
día de Reyes, y en la de San Antonio Abad, patrón de la parroquia,
escuchándole emocionados todos los fieles que asistían a la Santa Misa, en
los que se aumentó más y más el fervor y la devoción hacia el bendito
Escapulario de María Santísima del Carmen, siendo centenares los que le
recibieron este último día.
Fuente: “Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen” de Fr. Juan
Fernández Martín O. C.
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Importante mensaje de la Santísima Virgen del Carmen
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