Dios Padre

 

  

EL PLACER DEL SEXO SE OS DIO COMO REGALO

AL DEBER IMPUESTO DE LA PROCREACIÓN


 

 

 

 

 

 


Mensaje de Dios Padre, a J. V.

 



Único Mensaje en el ofrecimiento del Rosario Habla Dios Padre

 


Sobre: El placer del sexo se os dio como regalo al deber impuesto de la procreación.


Hijitos Míos, quiero hablar a vuestro corazón, quiero hablaros a todos vosotros por este gran mal que ha difundido el enemigo alrededor del mundo, la concupiscencia que estáis viviendo, la maldad, el pecado del sexo del que estáis padeciendo en estos momentos.



Mis pequeños, el placer del sexo se os dio como
regalo al deber impuesto de la procreación. Os digo deber impuesto, por seguir la orden que Yo os di, de crecer y multiplicaos. El goce se os da como regalo a la procreación y Satanás os ha llevado a evitar la procreación y gozar simplemente del placer, del regalo y eso no es lo debido, Mis pequeños, estáis yendo contra Mis órdenes, no estáis actuando en la Verdad y en el Amor.



Todo acto humano que no lleve santificación, que no lleve espiritualidad, que no esté unido a Mí, está condenado al fracaso, a la maldad o al pecado. Todo aquello que hacéis vosotros, sea lo que sea,
como fin egoísta, caerá en estas tres categorías necesariamente y os puede llevar a la condenación eterna.



Cuando un acto humano está unido a Mi Divinidad, por el ofrecimiento que hacéis en ello,
ese acto queda Bendecido y os llevará también a una superioridad, a un engrandecimiento, a la santidad, que a ella fuisteis llamados, Mis pequeños, a la santidad de vida, por todos vuestros actos humanos Divinizados en Mi Voluntad. Por eso veis, Mis pequeños, cómo está viviendo el mundo, aparentemente, un libertinaje agradable, porque sentís que, porque lo hacen ya muchos, no tenéis ya obligaciones, ni Conmigo, ni con vuestros hermanos, pero, por otro lado estáis viendo los resultados, matrimonios deshechos, asesinatos de jovencitas, nacimientos de bebés en edad temprana de Mis hijas. Habéis destruido Mi obra, estáis llevando lo santo hacia lo pecaminoso y, podría decir que en el mejor de los casos, hay nacimientos, aunque estén fuera del Sacramento Matrimonial, porque en otros lados de la Tierra, la misma mujer ha impedido de una u otra forma el nacimiento de Mis hijos, de las almas que Yo quiero enviar a la Tierra para vuestro bien.



Estáis yendo contra Mis ordenes, estáis actuando en pecado contra Mí, vuestro Dios. Cuando el hombre se llena de pecado, cuando el hombre solamente ve por sí mismo, es cuando son atraídos los males hacia su vida y hacia todo lo que os rodea.
La maldad, el pecado, el apartarse de Mi Gracia, le trae enfermedad mental y física al hombre, empieza a tener problemas con sus hermanos, empiezan las guerras dentro de la familia, dentro del trabajo, entre países, empezáis a perder todo lo que Yo normalmente os doy cuando estáis Bendecidos por Mi Gracia, por vivir Conmigo y por cumplir los Mandamientos que Yo os he pedido.



Mi Hijo sanó a muchos enfermos de cuerpo, al sanarlos primeramente del alma.
Una gran mayoría de vosotros estáis enfermos del cuerpo porque vuestra alma está muy enferma. Para mejorar en vuestro cuerpo, en vuestra alma, en las relaciones con vuestros hermanos, para mantener una vida estable y Bendecida sobre la Tierra, debéis regresar a Mí, vuestro Dios y Creador. Me habéis dado la espalda a Mí, que Soy el Proveedor de todos vuestros bienes, entonces;

 

 ¿Qué esperáis, cuando no queréis de Mí, nada?,

¿Esperáis bondades cuando no queréis nada de Mí, que Soy la Bondad Infinita?

¿Os imagináis que aquél que es el destructor de todos Mis Bienes, - Satanás -, os vaya a pagar con bienes a la maldad que estáis haciendo en vuestra propia persona y en la persona de vuestros hermanos?

 

 

 ¡No seáis ingenuos, Mis pequeños, el mal solamente va a producir mal! os podrá engañar con un bien efímero, que al final os va a traer más problema que ayuda, para ganaros, para que estéis con él, para que os mantengáis en vuestro estado de pecado, pero al final, tendréis mayores problemas que con los que empezasteis.



Os doy todo esto, Mis pequeños, para que os deis cuenta que vuestro mal proceder, la vida en el pecado, la vida en la concupiscencia, el no cumplir Mis ordenes,
siempre os va a traer mal en vuestra vida.



Entended y poned un alto en vuestra vida de maldad y empezad a rectificar vuestra vida, para que deis mucho fruto, fruto que habéis detenido por años en vuestra vida.
Nunca es tarde para empezar una nueva vida en la Virtud y en la Gracia.



Tenéis la Parábola de Mi Hijo, cuando va pagando lo mismo a los trabajadores que empezaron desde temprano, en la mañana, hasta aquél último que nada más trabajó una hora, a todos se les dio el mismo regalo, el Reino de los Cielos. Por eso, confiad en Mi Misericordia,
Yo Bendeciré a todos aquellos que regresen a Mí arrepentidos, porque no abriré las Puertas del Reino a aquellos que solamente digan “Señor, Señor, dejadme entrar”, tenéis que poner de vuestra parte, tengo Yo que ver realmente un cambio de corazón, un cambio de actuación en vuestra vida de pecado y entonces así os ganareis el Reino de los Cielos.

 

 

 Tengo que ver realmente un corazón arrepentido, con un deseo total de cambio para que Yo pueda levantaros, porque de la otra forma, queréis gozar de los bienes de la Tierra y luego queréis gozar de los bienes del Cielo. ¿Vivís en pecado y creéis que con vuestra vida de pecado podréis entrar al Reino de los Cielos? ¡no, Mis pequeños, no puede ser así! Orad, buscadme en vuestro corazón, entended Mis Palabras, dejad que el Santo Espíritu de Amor os guíe, para que entendáis Mi Voluntad y así podáis salvaros y podáis hacer una vida agradable a vuestros hermanos con los frutos que deis cuando viváis en Presencia Mía, vuestro Dios y Señor.
Gracias, Mis pequeños.
 
 
 

 

Comentario nuestro:

 

Hay varias cosas que se pueden decir sobre lo que nuestro amado Padre nos explica. Lo que hablaremos está referido al matrimonio bendecido por Dios, al Matrimonio Sacramental.

 

Queda fuera y es opuesto a los Mandamientos de Dios, el placer sexual fuera del Matrimonio Sacramental. Del tipo que sea, es pecado grave y debe ser confesado ante un sacerdote con arrepentimiento y el claro propósito de enmienda y cambio de vida. La fornicación, el adulterio y los pecados de impureza son graves y de persistir en ellos se pueden encontrar con una desagradable sorpresa al momento de la muerte. El cuerpo humano es Templo del Espíritu Santo y no debe ser mancillado.

 

Pero como lo dijimos, queremos referirnos al placer sexual dentro del Matrimonio. Es lícito sentir placer durante el período de la procreación, luego de él, también en la adultez avanzada y en el caso que el matrimonio no haya podido tener hijos por el motivo que sea.

 

Es decir dentro del matrimonio el placer sexual es bueno y bendecido por Dios.  Puede darse el caso que ambos cónyuges, en edad más avanzada decidan mantenerse en castidad, pero deben estar de acuerdo los dos, sin presión alguna de uno de ellos. Si uno no está de acuerdo, no se puede llevar a cabo.

 

San Pablo nos habla de esto, de los deberes conyugales y como es reprobable que uno de los cónyuges se niegue a tener relaciones sexuales. Lo más probable es que lleve al otro al adulterio, a los pecados de impureza y a otros males.

 

Es un deber de los esposos mantener relaciones sexuales si no hay una razón de peso, como una grave enfermedad de uno de ellos.  Cualquier caso en particular debe ser consultado con un sacerdote.

 

El no cumplimiento de los deberes matrimoniales es considerado grave y es responsable el cónyuge que se niegue; de los pecados del otro.

 

Vamos a contarles un caso de una mujer buenísima, gran persona pero sumamente aprensiva, su hermana había muerto de un ataque al corazón en su juventud y ella pensaba que moriría de lo mismo. Vivía pendiente de esto y se había hecho la fama de una persona muy delicada de salud. Por creerse enferma del corazón, sin fundamento alguno, suspendió las relaciones sexuales con su marido en forma definitiva. Ambos andaban en los cuarenta años.

 

El hombre se puso alcohólico y desconocemos que otras acciones más pudo haber tomado. Se le veía siempre afectado y  desmotivado. Se convirtió en una persona bastante extraña y aunque se mantuvieron juntos, el matrimonio no andaba bien a la vista de los demás.

 

Ella falleció en la ancianidad y no murió de un ataque al corazón.

 

 

Por último, decirles a los matrimonios jóvenes que postergan los primeros años la maternidad para tener libertad, viajar y no tener que preocuparse de un bebé. Esto no es bien visto a los Ojos de Nuestro Padre. Aquí hay un grave egoísmo y como bien  dice él, postergan la procreación pero disfrutan del inmerecido regalo.

 

 

 

 

 

 

 


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