El silencio de la creación llama al recogimiento y a la oración
Llamado de María Santificadora a la humanidad
Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con todos vosotros.
El silencio
de la creación llama al recogimiento y a la oración, los días de la purificación
están cerca; no temáis, permaneced unidos en oración a Dios y a vuestra Madre y
os aseguro que ni uno solo de vuestros cabellos se os perderá. Hijitos míos,
alabad la gloria de Dios y pedid por el reinado de nuestros dos corazones; muy
pronto la maldad y el pecado desaparecerán, para dar paso a una nueva vida,
donde la gloria de Dios estará con vosotros; no os entristezcáis ante los
acontecimientos que están por suceder, antes debéis de alegraos, porque unos
nuevos cielos y una nueva tierra os espera; la paz, el gozo y el amor de
nuestros dos corazones aguarda por vosotros; os digo, que vuestros sufrimientos
y mortificaciones son nada comparados con la gloria que os espera. Permaneced
firmes en las pruebas y ofreced vuestras penas de cada día, por la salvación
vuestra, la de vuestros familiares, y por todos los pecadores del mundo entero.
Hijitos míos, es tiempo de perdón, no abriguéis rencor alguno con
vuestros hermanos; amad y perdonad y la fuerza del amor y el perdón, os llevarán
seguros a las puertas de la Jerusalén Celestial. Acordaos que jamás se oyó
decir, que alguno hubiera acudido a Mí, sin mi ayuda recibir; si por mí fuera os
llevaría a todos al cielo, pero qué tristeza siento al saber que tantos, la
inmensa mayoría, le dirá no al Dios de la vida y el amor.
Hijitos de mi
corazón, los días de la prueba están cerca, agrupaos en torno a vuestra Madre
que tanto os ama y vela por cada uno de vosotros, mis amadísimos niños; rezad mi
Santo Rosario y os daré mi protección, mi rosario será vuestro escudo; después
de cada decena decid estas jaculatorias que os doy, para estos tiempos de
purificación.
Oh María
Madre mía, sé nuestro amparo y protección en estos días de purificación.
Corazones de Jesús y de María, dadnos la salvación y llevadnos a la gloria del
Padre. Amén.
Pequeñitos
míos, os quiero regalar también una oración de consagración al Padre Celestial,
para que la hagáis todos los días y pidáis su santa protección en los días de la
prueba.
Oh Padre Celestial, amadísimo
Señor del cielo y de la tierra, Rey de Reyes y Señor de Señores. Dios de los
ejércitos. Me consagro a ti, que todo se haga en mí, conforme tu voluntad. Dadme
tu santa protección y bendice mi familia, mi hogar, mi país, mi ciudad, mi
trabajo y todo mi ser. Padre amado, no tengas en cuenta mis pecados, mírame con
ojos de misericordia y dame la gracia de permanecer firme y leal a ti, en las
pruebas que se avecinan. Que tu santa bendición permanezca en mí, y en los míos,
para que junto a nuestra Madre María, podamos gozar de tu salvación, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ánimo,
pequeñitos míos, todo saldrá conforme a la voluntad de mi Padre; uníos a mí, y a
los Ángeles, para que juntos alabemos la gloria de Dios.
Que la bendición del Padre os proteja.
Que la bendición del Hijo os libere.
Que la bendición del Espíritu de Dios os santifique. Y mi santa intercesión os
acompañe siempre. Vuestra Madre, María Santificadora.
Mensaje entregado a Enoch
Diciembre 5
de 2011
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