¡MI MADRE SERÁ EL SAGRARIO
DONDE PERMANECERÉ
EN LOS DÍAS DE PURIFICACIÓN!
LLAMADO DE JESÚS EL BUEN PASTOR A SU REBAÑO
Hijos míos, paz a vosotros.
Mi adversario ha intensificado los ataques en la mente de mis
ovejas y en la humanidad entera.
A medida que mi Espíritu comience
a alejarse, los ataques mentales serán más fuertes;
no perdáis la cabeza, ni os desesperéis, orad y reprended; cubríos con la coraza
de mi Sangre y consagraos a ella; alimentaos con mi Cuerpo y con mi Sangre y
revestíos con la Armadura espiritual, para que podáis resistir y repeler estos
ataques. Estad alerta y vigilantes en todo momento, porque mi adversario os
conoce y sabe cuáles son
vuestras debilidades; por
lo tanto, reforzad
con el ayuno,
la penitencia,
la oración
y mi alimento espiritual,
los cerrojos de vuestras puertas abiertas.
De nuevo os digo, no temáis, todo esto hace parte de vuestra
purificación; permaneced
unidos a Mí, y la prueba os será más llevadera.
Por un corto tiempo estaré ya con vosotros; no os entristezcáis, yo no os
abandonaré; permaneceré con vosotros a través de mi Madre. Mi Madre será el
Sagrario donde permaneceré en los días de purificación.
Rezad el Santo Rosario y
meditadlo y mi Madre os dará la paz y el consuelo que vais a necesitar en los
días de la prueba.
No os apartéis de mi Madre, ella cuidará de vosotros, será vuestro
refugio y amparo y al final del camino os mostrará a su Hijo, el fruto bendito
de su vientre. Hijos míos,
después de Pentecostés la
creación comenzará su transformación;
no os asustéis
por los eventos que veréis; acordaos que
todo lo profetizado
para estos tiempos tiene que cumplirse como está escrito. Rebaño mío, dichosos
vosotros los que paséis la prueba, porque vuestros ojos verán al Hijo del Hombre
bajar del cielo con toda su majestad y gloria, y contemplaréis la Nueva y
Celestial Jerusalén con todo su esplendor y belleza, esperando por vosotros.
Los días están cerca, la luz muy pronto disipará las tinieblas y el
Reino de Dios estará entre vosotros hasta la consumación de los tiempos.
Preparaos para el despertar de
conciencias (el Gran
Aviso) y no temáis; acordaos que el hombre viejo
debe morir
al pecado,
para que renazca una nueva criatura transformada por la Gracia de mi Espíritu,
en un ser totalmente espiritual. De nuevo os digo, que después del Aviso ya no
seréis los mismos; vuestro espíritu dominará sobre la materia y seréis hombres
nuevos y espirituales con misiones que cumplir para el Reino de Dios.
Seréis mi rebaño y yo seré
vuestro Eterno Pastor.
Alegraos pues hijos míos,
porque los días de esclavitud y
dolor están llegando a su fin;
en los Nuevos Cielos y en la Nueva Tierra os espera el gozo, la paz y la
alegría, que ya nadie os la podrá quitar. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Soy
vuestro Maestro y Pastor, Jesús de Nazareth.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
Mensaje entregado a Enoch, Marzo 16, 2012 1:40 P.M.
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