Revelación y mensaje de la Santísima Virgen María,

bajo la Advocación Nuestra Señora de Fátima

 

 

 


​Sobre la lucha contra la legalización del aborto en Argentina y el mundo entero.
 

 



URGENTE

09 de junio de 2018. Argentina


Por Voluntad del Señor y ante la urgencia del pedido del Bien Supremo hago llegar por este medio, la revelación que me fuera mostrada sobre la gran lucha que encabeza la Santa Madre de Dios y su Corte de Ángeles contra las legiones de demonios que buscan la aprobación de la Ley del aborto en Argentina, la condenación de esta nación y de los países del mundo entero, derramando sangre de los inocentes e indefensos, acto que conlleva a grandes desgracias y sufrimientos a los pueblos por aceptar y tal aberración, atentando contra el don de la vida.

En presencia de la Santa Trinidad escribiré lo que me fuera mostrado, siendo fiel al pedido de la misma Virgen María.



Luego de la cena en mi departamento, ayer viernes, fui sorprendido por una visión que me estremeció mi alma ante la urgencia que la misma encierra.



Una noche espesa se cierne en estos momentos sobre toda Argentina y con ella una gran batalla de proporción incalculable, en un lado está la Santa Madre colmada de luz, bajo la Advocación de Nuestra Señora de Fátima, con un Rosario de cuentas doradas, las cuales están cubiertas de luz del mismo color, son como pequeño soles.

Está de pie sobre una diminuta nube, no está sola, está secundada por tres hermosos y poderosos Ángeles con espadas de luz en sus manos (San Miguel, San Gabriel y San Rafael), y detrás de ellos un gran ejército de ángeles, todos dispuestos para la batalla.

Del otro lado, en oposición al primero, hay un ejército de demonios, de diferentes formas y de horrendas apariencias, siendo guiados por un líder de gran poder que desafía a la Santa Madre de Dios con toda clase de improperios.

Los demonios de esta hueste se mezclan entre las personas que apoyan el aborto y su legalización, las dominan, les hablan al oído y hasta algunas, son poseídas.

 

 



Las personas manipuladas por los demonios cometían toda clase de ultraje contra los no nacidos, despedazan a los pequeños, la sangre de los inocentes manchaban sus manos, ropas y rostros especialmente jóvenes mujeres, como si no tuvieran conciencia de sí mismas y de lo que hacían, disfrutaban la atrocidad cometida probando la sangre de los pequeños asesinados que tenían en sus mandos.

Pero las mujeres no están solas, muchas están acompañadas por sus parejas y familiares, doctores, profesionales, parte del pueblo y políticos aprobando la extirpación del indefenso del vientre materno. Estos últimos, la gran mayoría, son manipulados por los demonios y empujados a apoyar la aprobación de la ley de muerte.

La Santa Madre con su Ejército Celeste observa lo que hacen los demonios y, en un abrir y cerrar de ojos avanza velozmente contra el ejército infernal, una feroz batalla se desata entre ángeles y demonios. María, de pie, cubierta y revestida con un manto de luz más blanca que la nieve, ora incesantemente el Santo Rosario con la mirada puesta a lo Alto, en sus manos unidas en oración, van avanzando las cuentas de tan poderoso instrumento. Se me permite ver la batalla entre los que desean y los que no, la aprobación de dicha ley, es enérgica.

De pronto, soy llevado a la presencia de la Santa Madre y me dice lo siguiente:

“Hijito mío, por mandato de Dios Bueno, se te ha mostrado la batalla que hoy se desata sobre vuestra nación, una batalla por la vida o la muerte, por la condenación o la salvación eterna de las almas, una batalla que marcará el destino de Argentina y de tantas naciones del mundo entero. Por pedido del Señor he venido a ti para que con prontitud y sin demora, hagáis conocer el nombre del demonio y sus legiones que buscan el derramamiento de sangre de los inocentes. Es un jefe infernal, encargado de inducir a las madres, padres, familiares y sociedades a asesinar a sus pequeños, este demonio se llama Moloch (Moloc), es un demonio conocido en la antigüedad por pedir a los pueblos paganos, el sacrificio de sus hijos a cambio de favores y riquezas.

Ah! Mi niño, los demonios son seres espirituales que no están sujetos al tiempo y al envejecimiento como la humanidad, este demonio a la merced y ordenes de Satanás, el príncipe de las tinieblas, al manifestarse nuestro Dios en los tiempos de Abraham, pidiendo el sacrificio de su hijo Isaac y viendo su fidelidad y amor hacia Él, envió a su ángel para que no le hagan ningún daño al primogénito.

Con tal acto, Dios Todopoderoso y Omnipotente quiso demostrar a los falso ídolos, a los demonios, que Él es un Dios y Padre de Amor, no de temor y de crueldad, que no necesita del sacrificio humano, de borregos y toros, sino que busca el sacrificio de amor de sus hijos, la entrega de sus corazones sin poner en riesgo la vida de los suyos. Pero no solo se limitó a ese instante, quiso señalar cuán grande era el amor por todo el género humano, hasta por aquellos pueblo paganos que adoraban a falsas deidades, ya que todos los hombres proceden de su mano creadora, y lo hizo enviando a Su Hijo más amado, Jesús, el Cordero dispuesto a sacrificarse por amor a toda la humanidad y con tal magnánima entrega, liberar a los pueblos de las cadenas de pecado y las insidias de los demonios, llevando a las personas a cometer los actos más horrendos y así, la condena de las almas.

El Dios Viviente se dispuso a la entrega del sacrificio en la Cruz para reclamar como suyos los corazones de todos los hombres. De este modo, ya no reinarían las tinieblas mediante la muerte, sino que reinaría la Luz mediante la vida; con la venida de Mi Hijo al mundo vino el nacimiento del cristianismo y por ende la caída de la adoración de estos demonios bajo la forma de deidades.

Los años pasaron sobre la tierra y con ellos el fervor por la vida cristiana que fue decayendo y los demonios aprovecharon la oportunidad para surgir con un nuevo rostro, ya no abiertamente como una deidad en bronce o piedra, sino acechando a las almas, dominando sus mentes, encegueciendo sus sentidos con los placeres del mundo y las nuevas tecnologías que bajo la apariencia de mejorar el estilo y calidad de vida, siendo una trampa mortal de engaño, fueron induciendo en los corazones de los hombres el rechazo de depender de la mano protectora de Dios.

Se ha conducido a la humanidad a despojarse de Dios para ser ella mima su propio dios, con elección de hacer de su vida lo que le plazca, hasta el punto de decidir quién vive y quién no. ¡Cuán equivocados estáis mis niños!

Estáis atentando contra ustedes mismos y contra Dios. ¿No veis que estáis sumergidos en el engaño, que trabajáis para el amo de las tinieblas que solo quiere su perdición, que es lo que más desea, ver la criatura más amada sumergida en los sufrimientos y tormentos eternos?

Abrid los ojos pueblo mío, no solo llamo al pueblo de Argentina, el cual corre grave riesgo de caer en manos del enemigo del alma y ser arrebatada del cuidado de Dios, también llamo a todas las naciones a luchar con valentía contra las fuerzas nocturnas que desean instaurar el reinado de sacrificios humanos y condenar al infierno al mundo entero.

 

Proabortistas irlandesas



Ahora que os he dicho el nombre del demonio que conduce este accionar de muerte, conducid vuestras oraciones del Santo Rosario en dirección a las milicias pestilentes, envolvedlas con cada cadena de luz y expulsadlas de vuestras familias y pueblos, romped sus cadenas maléficas que impiden que mis hijitos puedan darse cuenta del grave error que cometen.

Orad sin cesar, haced ayuno y penitencia, llevad mi mensaje a mis hijos predilectos, los sacerdotes, porque soy Madre del Sumo Sacerdote y con dicho atributo, Madre de todos los sacerdotes de Mi Hijo, buscad en la Sagrada Escritura lo que os digo, si tenéis dudas recurrid a ella, pero no demoréis en hacer conocer mi pedido, porque para Argentina el tiempo corre en su contra, pero para aquellas naciones que ya ha sido aprobada la ley mortal, aun no es tarde, podéis expulsar a las huestes infernales de sus tierras y ser libres de su esclavitud, es tiempo de lucha por la vida, es tiempo de decidiros, por seguir a Satanás o al Señor, Dios de la Vida.

 

 

 

Chilenas pidiendo aborto libre, legal y seguro



Leed Levítico 18,21; 20, 2-5; y Hechos 7, 43.

Como Madre de la Iglesia y Madre de los Sacerdotes, ruego a mis hijos predilectos que creáis en mis palabras, los demonios existen y no descansan en buscar la ruina de la humanidad, el odio que hay en ellos es tan grande que no reposarán hasta ver a la criatura que rechazaron por ser la más amada de Dios.

Enseñad a mis hijitos a defenderos de los ataques demoníacos, a vivir una vida santa y ninguna flecha incendiaria del demonio llegará a herir a mis niños.

Soy Madre de toda la Humanidad y como tal, no permitiré que el mal triunfe, si mis niños se unen a mi pedido os aseguro que el enemigo será derrotado y la ley mortífera no se aprobará, Yo aplastaré la cabeza a la serpiente.


Haced llegad mi mensaje a todos los rincones y que mis niños se dispongan a la batalla, porque la Mujer Vestida de Sol está en plena lucha. Vuestra Madre nunca os abandona, os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”

 



Anexo
 


Levítico 18,21
21 No darás ningún hijo tuyo para consagrarlo a Moloc; no profanarás así el nombre de tu Dios. Yo soy Yahvé.

Nota: 21. Moloc, dios de los amonitas, al cual los devotos de este ídolo ofrecían niños, entregándolos al fuego (Jeremías 32, 35; Ezequiel 20, 26). En tiempos de los reyes este culto atroz cundió tanto en el reino de Israel como en el de Judá (IV Reyes 16, 3; 17, 17; 21, 6; 23, 10; Isaías 57, 5; Jeremías 7, 30-32; 19,1-13, etc.



Levítico 20, 2 – 5


2Di a los hijos de Israel: Cualquier hombre de entre los hijos de Israel o de los extranjeros que habitan en Israel, si entregare uno de sus hijos a Moloc, será muerto irremisiblemente; el pueblo del país lo apedreará. 3Yo mismo volveré mi rostro contra el tal hombre y lo extirparé de en medio de su pueblo, por haber dado un hijo suyo a Moloc, contaminando mi Santuario y profanando mi santo nombre. 4Si el pueblo del país apartare sus ojos de ese hombre que dio uno de sus hijos a Moloc, y no le diere muerte, 5yo mismo volveré mi rostro contra aquel hombre y contra su familia, y le extirparé de entre su pueblo, a él y a todos los que como él se prostituyan a Moloc.

Nota: 2. El pueblo del país es el pueblo de Israel. La pena de muerte se entiende de los que consagraban sus hijos a Moloc. Cf. 18, 21. La consagración se realizaba de una manera bestial, siendo entregado el hijo al fuego. ¡Con qué cariño se queja el Señor de los hijos de su pueblo, víctimas de tal abominación en Jeremías 32, 35!

Hechos 7,43
43 Alzasteis el tabernáculo de Moloc, y el astro del dios Refán, las figuras que fabricasteis para adorarlas; por lo cual os transportaré más allá de Babilonia».
 

 

  

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