Dios Padre
Agradeced el dolor que os vendrá, porque os llevará a la Vida Eterna
Temas:
Soy un Padre amorosísimo y porque os amo, tendréis este dolor que pronto os
vendrá, agradecedlo, Mis pequeños, porque este dolor, os llevará a la vida
eterna.
Lo que pase, será para vuestro bien, aunque será doloroso, aceptadlo
humildemente y ofrecédmelo como Mi Hijo lo ofrecía en todo momento para vuestra
salvación.
Nuestro Padre lo permitirá para que os horroricéis de lo que es la maldad
satánica y, con esto, no volváis a permitir que el mal entre en vuestro corazón.
Esta es vuestra misión, Mis pequeños, llenarse primero de Mi Amor y transmitirlo
a estas almas a las que vosotros teméis, pero que necesitan amor, necesitan
respeto.
También os anuncio que habrá una Luz de Esperanza, que siempre os irá guiando,
que siempre tendréis delante de vosotros y en vosotros.
Primer Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: Soy un Padre amorosísimo y porque os amo, tendréis este dolor que
pronto os vendrá, agradecedlo, Mis pequeños, porque este dolor, os llevará a la
vida eterna.
Hijitos Míos,
pronto la humanidad entera
sufrirá
los flagelos del castigo, la humanidad no ha querido preparase para ello, como
no se prepararon para el Diluvio. Para una gran cantidad de hermanos vuestros,
esto les caerá como sorpresa, sorpresa para el estado de su alma, porque han
querido vivir más para el mundo que para Mí, vuestro Dios.
Mis pequeños, me duele mucho deciros todo esto, porque los padres siempre
aman a los hijos y más Yo, que Soy vuestro Dios y Creador, pero veo que pasa el
tiempo y no son muchas las almas que quieran venir a Mí.
Ciertamente, vuestras oraciones, las oraciones de los pequeños grupos
alrededor de la Tierra, van ayudando a que también algunas almas regresen al
redil de Mi Hijo, pero son más las almas que van dejando sus obligaciones
espirituales, que aquellas que las van tomando
y es por eso que por el bien de
toda la humanidad, tengo que soltar estos flagelos que os harán entrar en razón,
Mis pequeños, porque para eso son los castigos que imponen los padres a los
hijos, para hacerlos entrar en razón y para hacerles un bien.
Preparaos, Mis pequeños, porque ya es muy corto el tiempo,
dentro de lo que este año es,
tendréis en varios países
del mundo flagelos
tremendos que pondrán a
todas las demás naciones a pensar y a arrodillarse y, como ya os he dicho antes,
estas naciones que se arrodillarán,
sabrán que pronto también a ellas
les llegará algún flagelo,
porque todos seréis probados en el amor.
Sí, Mis pequeños, en el amor, porque Yo lo que permito que os pase,
siempre va a ser para que vuestro
amor crezca. Yo no os
mando un castigo por venganza o nada más para destruiros,
lo hago para que entendáis
que os habéis salido de los caminos del Amor.
Os vuelvo a repetir,
Me duele mucho
que esto suceda, pero lo tengo que hacer para salvar vuestras almas, porque si
os dejo así, Mis pequeños, infinidad de almas se perderían.
Es doloroso pero
cierto, que cuando tenéis algún mal, cuando algo grave está sucediendo en
vuestra vida, cuando veis que vuestra vida se puede perder, es cuando volvéis a
Mí, cuando os arrepentís, cuando os arrodilláis y es cuando clamáis Mi Nombre,
pidiendo perdón y ayuda.
No queréis cambiar en el bien y, porque sois duros de corazón, tengo que
hacer esto para que, en la dificultad, cambiéis y agradezcáis, pues, el dolor
que tendréis; porque
gracias al dolor cambiaréis hacia el bien
y regresaréis hacia Mí, a recibir nuevamente Mi Amor y Mi apoyo, que debisteis
haberlo buscado en la paz, en la armonía.
Vuestro corazón es
duro, os vuelvo a repetir,
sois como el pueblo judío en la
antigüedad, de cerviz
dura, tercos, necios, groseros, malvados, ¿por qué os cuesta tanto trabajo vivir
en el bien, cuando al vivir en el bien recibís Mis Bendiciones a manos llenas?
Cuando vivís en el mal, vosotros mismos os hacéis daño, os atacáis los
unos a los otros, no hay paz en vuestra alma ni alrededor vuestro y, además, no
recibís Mis Bendiciones, porque no las pedís, porque no Me tomáis en cuenta para
vuestra vida. No hay Sabiduría en vosotros y, así, os perdéis de tantas
Bendiciones que podríais recibir de Mí pero,
porque preferís vivir en el mal
os castigáis a vosotros mismos.
Esa es la terquedad del hombre, vuestra maldad, la que habéis permitido
entrar a vuestro corazón, es la que os lleva a que todo sea negativo en vuestra
vida, cuando Yo no os creé para ello.
Sois necios, tercos,
os repito y os repito esto cientos de veces y vosotros no creéis pero, ahora, el
dolor que tendréis, os llevará de regreso hacia el camino correcto.
Yo no quería vuestras lágrimas ni vuestro dolor para que regresarais a Mí, Yo
quería vuestras sonrisas, vuestras alegrías, vuestro agradecimiento, para estar
Conmigo.
Sabéis que Yo no
obligo a las almas, pero ahora tengo que permitir esto para que vosotros
entendáis que debéis venir hacia Mí. Porque os amo, debéis estar Conmigo, ya que
Satanás os podría destruir eternamente cuando estáis apartados de Mí.
Yo os quiero de regreso Conmigo y, como no estáis Conmigo y veo que estáis
destruyendo vuestra alma, destruyendo vuestra vida, tengo que rescataros de
alguna forma y, como no
entendéis por el bien,
sino solamente por el mal, entonces tengo que permitir esto que os va a suceder,
para que regreséis a Mí y, ya que estéis Conmigo y sintáis Mi Corazón latir en
vuestro corazón; Me encargaré de que volváis al Bien y ya no permitáis que el
mal nuevamente se aproveche de vuestro corazón.
Os amo
infinitamente, Mis
pequeños. ¡Cómo quiero que vuestro corazón arda también de amor por Mi Corazón!,
¡tanto os he dado y vosotros no lo apreciáis!
Todo esto que sucederá, Mis pequeños, se dará para que vosotros valoréis lo que
gratuitamente recibisteis y que no supisteis apreciar.
Entendedlo, Mis pequeños, Soy un Padre amorosísimo y porque os amo, tendréis
este dolor que pronto os vendrá,
agradecedlo,
Mis pequeños, porque este
dolor, os llevará a la vida eterna.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: Lo que pase, será para vuestro bien, aunque será doloroso, aceptadlo
humildemente y ofrecédmelo como Mi Hijo lo ofrecía en todo momento para vuestra
salvación.
Hijitos Míos, el mal
entró en el mundo y el mundo no luchó por sacar ese mal
y, debido a que dejasteis que el mal fuera carcomiendo vuestra alma, y no os
acercasteis a Mí, para que vuestra alma fuera recuperada por Mi Gracia, este
tiempo de dolor, también será de purificación, y agradecédmelo, Mis pequeños,
porque ese arrepentimiento de corazón, que quiero tengáis y os lo pido en estos
momentos, en que todavía tenéis tiempo para meditar,
es lo que os va a dar el regalo
de los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas, de un mundo nuevo que no conocéis, de
un mundo en el amor al que quiero que lleguéis y que habéis atrasado, porque no
os habéis acercado a Mí ni habéis querido apartar, de vuestro corazón, esa
maldad que os ha separado de todo este bien que os he querido dar desde hace
mucho tiempo.
Cuando Yo permito dolor, pesar, lágrimas en vuestra vida, Mis pequeños,
siempre es para purificaros, a diferencia de lo que hace Satanás con las almas,
que también las lleva a la desesperación, al obscurecimiento espiritual, pero en
la maldad y os lleva a un callejón sin salida, en donde os lleva a la
desesperación.
Aquí tendréis dolor,
pero dolor purificador,
así como cuando vais con Mis ministros o sacerdotes, a pedir perdón por vuestros
pecados y se os da un penitencia por cumplir,
ahora vuestra penitencia va a ser
palpable, va a ser dolorosa,
para que esto marque vuestra alma y que sea un parteaguas para vuestro actuar
futuro, dejar el mal y empezar una nueva vida en el bien.
Esto es lo que quiero con todo esto, Mis pequeños, y quiero que lo
entendáis bien, que no quiero la maldad por la maldad, la maldad por venganza,
la maldad porque ya no os quiero, es todo lo contrario, Mis pequeños.
Debéis aceptar lo que pase en
vuestra vida, porque no es
de casualidad y lo que pase, será para vuestro bien, aunque será doloroso,
aceptadlo humildemente y
ofrecédmelo como Mi Hijo lo ofrecía en todo momento para vuestra salvación.
En vuestros momentos de dolor, acordaos de los momentos de dolor de Mi Hijo y
poneos junto a Él y así vuestro dolor disminuirá, porque estaréis salvando
vuestra alma y salvando la de muchos.
Sí, Mis pequeños, vuestro dolor
será para salvación de vosotros mismos y de vuestros hermanos.
¿Veis la diferencia del dolor bondadoso, que viene de Mí y del dolor malvado que
viene de Satanás?, es muy diferente,
Mis pequeños, el dolor que Yo
permito en vuestra vida, os lleva a la perfección, porque tarde o temprano
tendréis la Luz del Espíritu Santo que os explicará el por qué de ese dolor.
En cambio, el dolor malvado a donde os lleva Satanás, pero porque
dejasteis entrar el mal en vuestro corazón y no luchasteis por sacarlo, esos
dolores malvados, os marcan, pero os marcan en lo negativo, es un dolor
penetrante, que no os lleva a nada bueno y que muchas veces, con las maniobras
malvadas de Satanás, hace que vosotros os volváis en contra Mía y maldigáis Mi
Santo Nombre, porque así es Satanás, os hace creer que lo que estáis mereciendo
por vuestros pecados y por vuestros errores, Yo os lo estoy mandando y vosotros,
en vuestra tontería, os volcáis contra Mí.
Ciertamente, los que estáis Conmigo,
los que Me buscáis,
inmediatamente entendéis lo que es el castigo que estáis recibiendo y entendéis
que os lo merecéis, como las nalgaditas (palmadas suaves en el trasero) que os
daban vuestros padres para que os mejorarais.
Eso es pensar en lo positivo, en el bien, en la perfección de vuestra alma.
Luchad pues, Mis
pequeños, para mejoraros y para que vuestro castigo disminuya o se anule.
Orad por vuestros hermanos que están viviendo en el mal y que recibirán un dolor
malvado y negativo de Satanás y pedid por ellos y acallad su mente y su corazón,
para que no se vuelquen en blasfemias contra Mí, vuestro Dios, que solamente
busco vuestro bien.
Ayudadles a través de vuestra oración, de vuestra donación, de la aceptación de
vuestros dolores para la salvación de sus almas.
Traédmelos, os lo agradeceré, Mis pequeños y si os unís, os repito, a los
dolores de Mi Hijo, veréis que la prueba la pasaréis fácilmente y podría decir,
hasta alegremente, porque así como Mi Hijo se abrazó a Su Cruz, sabiendo que con
ella iba a salvar innumerables almas y que os iba a abrir las Puertas del
Paraíso, nuevamente, así vosotros,
al uniros a Mi Hijo, también
abrazad ahora vuestra cruz, porque con ella muchas almas serán salvadas.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio,
Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Nuestro Padre lo permitirá para que os horroricéis de lo que es la
maldad satánica y, con esto, no volváis a permitir que el mal entre en vuestro
corazón.
Hijitos Míos, Mi Padre, vuestro Padre, Me dio este tiempo para vuestra
ayuda. Yo, como Madre vuestra voy a estar en estos momentos ayudándoos en todo
momento.
Manteneos junto
Conmigo, Mis pequeños, una
madre siempre tiene a sus pequeños junto a ella, junto a su regazo, no os
apartéis de Mí en ningún momento, porque esto os asegurará que Satanás no os
lleve a caminos de maldad o de error.
Voy a mandar a los santos ángeles alrededor de la Tierra a que vayan
protegiendo a todos Mis hijos, a todos los que han buscado el Amor de Nuestro
Dios y Yo voy a estar con
vosotros, os tomaré, Mis pequeños, os cuidaré, enjugaré vuestras lágrimas, os
abrazaré para quitaros ese miedo, ésos temores tan fuertes de las cosas tan
graves que veréis.
Una madre siempre protege a sus hijos y busca a aquellos que se han vuelto
malvados y que no quieren estar en familia.
Ciertamente, aquellos que se han querido mantener en el Bien, vendrán
rápidamente a Mí, y los otros, los perversos, escucharán ciertamente Mi Voz, que
los llamaré, pero muchos de ellos no querrán venir.
Orad, Mis pequeños,
y ofreced vuestros dolores, como los ofreció Mi Hijo por vosotros, para que
estas almas rejegas, necias, malas, tengan un cambio y quieran regresar al Amor
de Nuestro Dios.
Ciertamente veréis mucho mal en vuestras calles y alrededor del mundo, el mal se
desatará y veréis cosas horribles, porque será la maldad de Satanás en pleno, a
lo que no estáis acostumbrados,
pero Nuestro Padre lo permitirá
para que os horroricéis de lo que es la maldad satánica y, con esto, no volváis
a permitir que el mal entre en vuestro corazón.
Aún no conocéis esa maldad pero en los corazones, en donde todavía hay
amor, esto os ayudará a que busquéis más la santidad en vuestra vida, que los
pecados y la maldad a donde os lleva Satanás con sus mentiras.
Conoceréis cómo se os fue cuidando a lo largo de vuestra vida, todas las
Bendiciones que recibíais en todo momento, día y noche. Conoceréis también
vuestra necedad y tontería por tantas veces que os apartabais de todo el bien
que vosotros teníais y preferíais vivir a espaldas de las Leyes de vuestro Dios.
Todos tendréis la oportunidad de
conocer todos vuestros errores y aciertos, éste será vuestro Juicio personal, el
cual agradeceréis si sois positivos, si buscáis la perfección de vuestra alma,
si queréis vivir eternamente con vuestro Dios.
No os imagináis, Mis pequeños, cuánto mal hay en el mundo y cuántas almas
se han volcado hacia ese mal, que no han querido respetar todo lo que Nuestro
Dios os pedía para vivir en el Bien y así, cumpliendo vuestra misión lo mejor
posible, regresarais a gozar vuestra recompensa eternamente.
La humanidad se dejó
engañar por Satanás, pero no tratabais de luchar contra ese engaño, os convenía
vivir en ese engaño, porque le dabais rienda suelta a vuestras pasiones
desordenadas y eso seguía manchando vuestra alma ante los ojos de Nuestro Dios.
¡Cuánto bien dejasteis de hacer, Mis pequeños, por el bien del Reino, de Nuestro
Dios! ¡Tanto bien que pudisteis haber hecho para salvar tantas almas de vuestros
hermanos y no lo hicisteis, desperdiciasteis esa oportunidad para estar entre
los justos que vivirán eternamente en niveles altos de Gracia y de honor en el
Reino de los Cielos.
Bien podríais estar aquí, con Nosotros, con Nuestro Dios en Su Santísima
Trinidad, Conmigo, vuestra Madre, con el Señor San José, todos los ángeles y
santos, viviendo en esta paz, en esta armonía Divina,
pero vuestra necedad, por no
querer escuchar la Verdad de Nuestro Dios, estáis perdiendo oportunidades y
sobre todo, Gracia para vivir en altos niveles celestiales.
Mis pequeños, os amo inmensamente y os repito, estaré con vosotros en todo
momento, especialmente en
los momentos difíciles, en
donde quizá no encontréis salida a vuestros problemas o a vuestras dificultades,
en ese momento, dadme vuestra
mano, invocad Mi Santo
Nombre y ahí estaré junto a vosotros, para levantaros y daros nueva vida para
que sigáis adelante, venciendo las pruebas que tendréis.
Os amo, Mis pequeños, os amo con Corazón de Madre, os amo por el Amor de Nuestro
Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio,
Habla Nuestro Señor Jesucristo
Sobre: Esta es vuestra misión, Mis pequeños, llenarse primero de Mi Amor y
transmitirlo a estas almas a las que vosotros teméis, pero que necesitan amor,
necesitan respeto.
Hijitos Míos,
vosotros sois muy dados, os he dicho, a juzgar sin conocer el interior de la
persona. Cuando Yo estuve
entre vosotros aquí en la Tierra, Yo pasaba entre todo tipo de almas y todas
recibieron Mi Amor, aun aquellas que Me atacaban.
Yo oraba por ellas, Yo buscaba su
cambio a través del Amor que Yo les daba pero, ciertamente, estas almas, no
querían cambio y se mantenían ofuscadas en su maldad y así desperdiciaban Mi
Gracia.
Vosotros sois muy dados a nada más relacionaros con aquellos que creéis
que piensan como vosotros, que hablan como vosotros, que tienen los mismos
intereses que vosotros
y
despreciáis almas que, a la mejor, por su apariencia, no queréis acercaros a
ellas. Algunas almas, algunos hermanos vuestros, posiblemente, tengan una mirada
hosca y vosotros no os acercáis a ellos por temor de que os puedan decir algo
malo o alguna grosería o que os desprecien, y no los buscáis y estas almas,
muchas de ellas, son almas dulces, buenas, bellas y no os acercasteis a ellas y
desperdiciasteis la oportunidad, quizá, de aprender algo bueno de ellas.
Hay otras almas que no han vivido en el amor, que no tuvieron esa gracia
de ser criados desde pequeñitos en el amor. Ciertamente, muchas de ellas se
vuelven ariscas, se vuelven groseras, maleducadas y vosotros no os acercáis a
ellas, también por el temor de que os vayan a hacer alguna grosería o hasta
atacar. Estas almas
responden con el amor.
Imaginad, Mis pequeños, por un momento, que Yo no Me acercara a esas almas
que Me atacaban, a esas almas groseras, a esas almas que no conocían el amor,
Yo oraba por ellas e iba hacia
ellas y, al sentir el Amor de Mi Presencia y Mi trato hacia ellas, con el Amor
Santo, con el Amor Divino, con el Verdadero Amor que ama a las almas, estas
almas cambiaban, se sentían amadas, por primera vez alguien las amaba y conocían
el Amor y esto lograba el cambio en estas almas.
Esta es vuestra misión, Mis pequeños, llenarse primero de Mi Amor y
transmitirlo a estas almas a las que vosotros teméis, pero que necesitan amor,
necesitan respeto, necesitan la mano de un amigo que les apoye, que les haga ver
una cosa muy diferente a lo que han vivido y,
con un gesto de amor,
vosotros podéis destruir
esa coraza que se han
formado en contra de vosotros y de vuestros hermanos.
El Amor lo logra todo, Mis pequeños,
tenéis que aprender a ir hacia el
corazón de los demás y no
os debéis dejar atemorizar con el exterior de algunos de vuestros hermanos, que,
ciertamente, algunos se vuelven hoscos, pero vosotros, con Mi Amor, debéis
hacerlos cambiar. Yo no fui elitista, Yo no fui solamente a algunos lugares para
encontrar a ciertas almas y despreciar a otras,
Yo fui hacia todos, hacia todos
vuestros hermanos, hacia todos Mis hermanos
y, Mi Amor, cambió y sigue cambiando infinidad de almas que no conocen al Amor,
al Verdadero Amor y que es el Verdadero Amor que también debe salir de vuestro
corazón hacia ellos, con los que actualmente estáis conviviendo.
¿Cómo queréis cambiar pues
al mundo y cambiarlo con el Amor, cuando estáis siendo elitistas y no estáis
yendo con aquellos que más necesitan ser cambiados y esto, respetándolos,
dándoles la mano, ayudándoles, conviviendo con ellos, para que aprendan que el
Amor sí existe, que el Amor vive todavía en los corazones, que Mi Amor, el que
derramé sobre todos vosotros sigue aún vivo sobre toda la Tierra y que hay almas
buenas que lo están haciendo vida y que están ayudando a sus hermanos, como Yo
ayudé a vuestros hermanos cuando conviví con vosotros en la Tierra.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio,
Habla Dios Padre
Sobre: También os anuncio que habrá una Luz de Esperanza, que siempre os irá
guiando, que siempre tendréis delante de vosotros y en vosotros.
Hijitos Míos, así como os he anunciado los flagelos que traerá vuestro
castigo de penitencia a toda la humanidad,
también os anuncio que habrá una
Luz de Esperanza, que
siempre os irá guiando, que siempre tendréis delante de vosotros y en vosotros,
que os irá dando esa paz, aun a pesar de los acontecimientos exteriores que
tendréis.
Yo, como Bondad Infinita, no os puedo abandonar en esos momentos de gran
prueba, porque conozco vuestra debilidad.
Ciertamente, los que estáis Conmigo, adquiriréis la Fortaleza que os dará
Mi Santo Espíritu de Amor y que os ayudará a sobrellevar la prueba y,
dentro de la prueba, como os
dije, ayudar a muchos hermanos vuestros en su salvación eterna.
Pero la debilidad que vosotros tenéis, primeramente, por ser pequeñas
criaturitas y segundo, porque no estáis buscando Mi Gracia, si Yo os dejara así
abandonados a vuestra suerte,
seguramente Satanás os llevaría
completamente hacia vuestra destrucción eterna.
Por eso siempre tendréis dentro de vosotros y sabréis de esa lucecita de
Esperanza que os estará llevando por caminos de seguridad y que os hará meditar
y en Sabiduría actuar para que sigáis adelante, aun a pesar de las adversidades
del momento.
No temáis, Mis pequeños,
Mi Gracia siempre os estará
ayudando si la invocáis. Pedid siempre la ayuda celestial, primeramente de Mi
Santísima Trinidad, también de Mi Hija, la Siempre Virgen María, del Señor San
José, de todos los ángeles y santos, pedid ayuda siempre a todas las almas
celestiales, aún también a vuestros hermanos del Purgatorio, que ellos también
tuvieron su prueba, y que están purgando para poder salir y vivir eternamente
Conmigo y a ellas las podréis ayudar mucho con vuestros dolores, con vuestra
pasión, con vuestro ofrecimiento, junto al de Mi Hijo.
No desperdiciéis ningún momento, Mis pequeños, aprovechad todos esos momentos
para salvación de almas, como lo hacía Mi Hijo.
Daos, daos por el Amor y
para el Amor, que Yo os recompensaré grandemente,
porque os amo a todos y porque quiero que todos gocéis eternamente Conmigo. Este
es el tiempo en el que actuaréis como una verdadera familia que se ama, que se
ayuda, que se dan hasta la última ocasión, que es el de dar la vida por el
hermano.
Dolores grandes tendréis,
pero también, grandes milagros veréis. Serán momentos de tribulación y serán
momentos de alegría espiritual. Por eso conoceréis que esto viene de Mí y que
será para vuestro bien.
Gracias, Mis pequeños.
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