LOS DÍAS VIERNES TE
DUELE EL ALMA
Veo una enorme ola que ha comenzado a reventar
(HABLA LA SANTÍSIMA VIRGEN)
Los días viernes notas que te duele el alma, el corazón: sientes
angustia, dolor, pesada el alma, es la manera de Acompañar a Mi más Amado Hijo
Jesucristo en su Calvario.
Todos ustedes, los poquitos Consagrados a Mi Inmaculado Corazón sienten un dolor distinto en este día de la semana; unos más, otros menos, pero quienes acompañan a Mi Amadísimo Hijo Jesucristo durante su Getsemaní, y esa es su misión, sienten el dolor del abandono, de la injusticia, de la soledad, de la incomprensión, de la indiferencia ante el dolor ajeno; los que acompañan a Mi más Amado Hijo Jesucristo en Su Sacro Vía crucis lo sienten en su cuerpo físico.
Así se acompaña en el dolor: Compartiéndolo. Algunas almas no quieren y se fugan en el mundo y bloquean la Pasión, pero a ti también te duele la suerte de los mas pobres y por eso es que eres digna de acompañar a Mi más Amado Hijo Jesucristo. No desesperes. Ofrécele a Mi Hijo Amado Jesucristo el dolor de los Viernes. Ora Su Vía crucis. Quédate segura de quienes acompañan a Mi Hijo en su dolor Santo, lo acompañarán también en Su Magnífica Gloria.
Es poco el tiempo en medida humana que falta para que todos los acontecimientos se desenvuelvan (veo un hombre del desierto con una alfombra que, al soltarla, cae al piso donde comienza a desenvolverse). Es tan corto el tiempo! (María Santísima lo dice con suma tristeza) y mis demás hijos siguen vacacionando en el mundo sin CREER lo que pronto se avecina (veo una ola enorme que está comenzando a reventar) No la ven y se les viene encima.
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Quienes no hayan creído y querido Consagrarse a Mi Inmaculado Corazón no podrán soportar los acontecimientos venideros. No son sólo para ellos sino para todo el mundo; Hay quienes están preparados y podrán ver La Santa Mano de Mi Padre Amado en todo y estar quietecitos y Confiarse a Dios, pero los más no sabrán ni qué ocurre ni porque, y lo que es peor se refugiarán en falsas profecías de magos y hechiceros y gente antigua que buscaba como estar en amistad con los demonios. No tienen Verdad, sino la mentira que Satanás les ha querido que crean, y son las que El Mundo difunde y prefiere creer.
Vendrán olas, volcanes con lava, erupciones, inundaciones, temblores,
enfermedades y nadie las podrá parar, más El Padre Amado (María Santísima hace
una reverencia y se hinca al referirse al Padre).
Es un época que termina y otra que comienza. Mis hijitos están siendo resguardados y están preparados, pero el mundo no lo está: están jugando, haciendo dinero, pecando y creyendo, si es que siquiera lo piensan, que Dios Padre (se hinca con reverencia, respeto y amor) todo lo perdona, y no se perdona lo que no se repara, no se puede perdonar lo que no se confiesa, no se puede perdonar lo que no se considera afrenta y como todo, para ellos, es permisivo no creen siquiera y si es que piensan en el Amadísimo Padre Del Cielo.
A las 6:00 mengua el dolor.
Nunca, Pequeña, en toda la historia de la humanidad se había visto tal
irreverencia y tan grande cinismo de las personas. Pero a ustedes NADA MALO LES
ACONTECERÁ Y ESTARÁN CON MI AMADÍSIMO HIJO EN SU GLORIA
(Viernes 18 de mayo del 2012)
Y María del Getsemaní
ANEXO
Promesas para los
devotos del Via Crucis
1.- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Via
Crucis.
2.- Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el
Via Crucis.
3.- Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial
en la hora de la muerte.
4.- Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los
campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio
de esta devoción al Via Crucis. (Nota: Esta devoción no elimina la obligación de
confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa
Comunión.)
5.- Los que acostumbran rezar el Vía crucis frecuentemente, gozarán de una
gloria extraordinaria en el cielo.
6.- Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo los
libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
7.- Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Via Crucis; y mi bendición
les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de
esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
8.- A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del
demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así
podrán reposar tranquilamente en mis brazos.
9.- Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré
a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi
gracia.
10.- Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis
con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
11.- Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy unido a
los que me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
12.- Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la
gracia de jamás cometer un pecado mortal.
13.- En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos
al cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida
con el rezo del Vía Crucis
14.- Para estos devotos del Vía Crucis, Mi alma será un escudo de protección que
siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí.
¿Cómo se reza el Via Crucis?
ORACIONES INICIALES
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo,
embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh
buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de
Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame
ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.
Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios
nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío;
por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me
fuere impuesta. Amén.
1ª ESTACIÓN: JESÚS SENTENCIADO A MUERTE
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los
mismos que le habían aclamado poco antes. Y El calla...
Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos inmediatamente... Dame, Señor,
imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo
merezco. ¡Ayúdame!
Señor, pequé, ten
piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGADO CON LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.
Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada
día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad. Dame convertir en ofrenda
amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de
cada día.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE, POR PRIMERA VEZ, BAJO EL PESO DE LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas
diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis
defectos cotidianos. ¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia
Ti!
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
4ª ESTACIÓN: ENCUENTRO CON LA VIRGEN
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de
mi vida. Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de
llegar a Ti en el último día de mi existencia. ¡Ayúdame Madre!
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA AL SEÑOR A LLEVAR LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para
algo concreto, para realizarnos de una manera particular. ¿Cuál es la mía y cómo
la llevo a cabo? Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser
Cirineo de los demás, la de ayudar a todos. ¿Cómo llevo adelante la realización
de mi misión de Cirineo?
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te
abandonan. Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el "qué dirán", del
respeto humano, cuando no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me
atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Y
en tantas otras ocasiones. Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano,
por el "qué dirán".
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
7ª ESTACIÓN: SEGUNDA CAÍDA EN EL CAMINO DE LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Caes, Señor, por segunda vez. El Via Crucis nos señala tres caídas en tu
caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más. Caes delante de todos... ¿Cuándo
aprenderé yo a no temer el quedar mal ante los demás, por un error, por una
equivocación? ¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en ofrenda?
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos,
de mis pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo,
de amor propio mal entendido, de egoísmo, de envidia. Debería llorar por mi
falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada día, que me
manifiestan, Señor, cuánto me quieres. Dame profunda gratitud y correspondencia
a tu misericordia.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas.
Caes desfallecido, Señor. Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes,
que me siento incapaz. Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi
desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti para ellos.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
10ª ESTACIÓN: JESÚS DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas. A
infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba
dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres queridos. Que yo sepa ofrecerte
el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a tu pasión y
esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
11ª ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda
ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me
esfuerce en ofrecértelas también por ellos.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro.
12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus
llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor,
gracias! Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame responder a tu amor con
amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de tu gracia. Y
dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
13ª ESTACIÓN: JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu
dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me
tengas cerca de Ti y te compadezcas de mí.
¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
14ª ESTACIÓN: EL CADÁVER DE JESÚS PUESTO EN EL SEPULCRO
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección.
Enséñame a ver lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que perdura. Y que esa
luz ilumine todos mis actos. Así sea.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo. «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha
resucitado» (Lc 24,5-6).
Unas piadosas mujeres fueron al sepulcro de Jesús muy temprano. El anuncio de la
resurrección convierte su tristeza en alegría. Jesús está vivo y nosotros
vivimos en Él para siempre. La resurrección de Cristo inaugura para la humanidad
una renovada primavera de esperanza. Jesús, enséñame a mantener siempre la
esperanza.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
ORACIÓN FINAL
Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que
cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad
constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor,
que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad.
Amén.
Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento;
acompáñame como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi
Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea
dolor redentor que en las manos de Dios se convierta en un gran bien para la
salvación de las almas. Amén.
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