LA MUJER VESTIDA DE SOL

 

 

 

     

   ¿Quién Me ha exaltado más? Yo te diré quién Me ha exaltado más: la Nueva Eva lo ha hecho. ¡Sí! La Mujer adornada con el sol, de pie sobre la luna, y con las doce estrellas sobre Su Cabeza como corona (Ap 12,1),  pues Yo, que creé el cielo y todo lo que hay en él, y la tierra y todo lo que ella contiene, y el mar y todo lo que él guarda (Ap 10,6),  La he colocado a Ella por encima de todas estas cosas.

 

    La Reina del Cielo está siempre en la presencia del trono del Altísimo. La grandeza de Su Nombre no es menor que la altura del cielo sobre la tierra, Su Nombre, envuelto en un manto de luz. Que el mundo entero doble su rodilla ante Ella que lleva el Nombre Sagrado:

 

                                                        Madre de Dios

 

 

  En Su Vientre Inmaculado, Ella Me glorificó a Mí, recibiéndome, al Cordero sin mancha, haciendo un santuario para el Santuario. Vengan y canten una nueva canción en Su Honor. Que todos los que viven en la tierra veneren Su Inmaculado Corazón, el Altar en el que Yo fui concebido y en El que Me convertí en Hombre-Dios, también. Nadie Me ha glorificado tanto como la Mujer adornada con el sol. ¡Sí!

 

 Ella es tan magníficamente bella en Su Amor perfecto, que las islas, las montañas, las colinas, los valles y los manantiales, todos hacen una profunda reverencia cuando Ella pasa junto a ellos. Y hoy, como ayer, cuando el Amor Más Perfecto pasa por encima de la tierra, escoltada por Mis Ángeles, cuyos ojos nunca cesan de admirar a la Admirable, a la Más Santa de todas las Vírgenes, maravillándose de la Belleza de la Obra Maestra de Mi Padre, cuando Ella pasa sobre la tierra. Ella interviene amorosamente y responde a sus súplicas.

 

Permite que te diga: Mi Sagrado Corazón es tu cielo, creación. Mi Sagrado Corazón que tantos de ustedes niegan y rechazan, es su Cielo, su Paraíso, su Reino, su Herencia, su Lugar de Descanso para la Eternidad. Así pues, acérquense, a este Corazón que los ama tanto, y Yo derramaré, de Mi Corazón a su corazón, incontables bendiciones, para volver su alma tan bella como la primavera, para convertir su alma en una torre de marfil, un cielo sólo para Mí. ¿Cómo puede alguien dudar de Mi Amor? Hoy, Yo quiero mostrarles, en Mi gran Amor, el Corazón de Mi Madre.

 

 ¡Oh Obra Maestra de Mi Padre! ¡Oh Sublime Obra Maestra de Yahvé! ¡Esposa de Mi Espíritu Santo! ¡Mi Radiante Tabernáculo! ¡Tu Corazón, Bienamado de la Bienamada (Trinidad) es Uno con el Nuestro! Tu Corazón es Mi jardín cerrado, una fuente sellada. Tu Corazón es una Fuente que hace fértiles los jardines. Tu Corazón, Adorable, es Mi Trono, en el cual Yo he sido honrado. Corazón del Corazón, al que Yo coroné en Nuestra presencia y en presencia de toda Mi corte celestial.  ¿Cómo puede alguna de Mis criaturas negar Tu Corazón?

 

 Tú, el Arca de poder, toda vestida de virtudes, Mi Nueva Canción,  Mi Arpa, Mi Ciudadela, en Quien el Hacedor del cielo y de la tierra es extasiado por Tu magnificencia. Tú, que estás ante Nuestra Presencia, estás siempre tan cerca de todos los que Te invocan. Y sin embargo, ¿cómo ha caído el hombre tan bajo y ha tomado un camino engañoso para negar Tu Corazón?"

 

¿No has oído, creación, que Yo soy el Corazón de Su Corazón, el Alma de Su Alma, el Espíritu de Su Espíritu? ¿No has oído que Nuestros Dos Corazones están unidos en Uno? Considera Mi Corazón Redentor, considera Su Corazón Corredentor, considera el Deleite de Mi Corazón, saliendo como la aurora para iluminar la tierra en su oscuridad. Considera el Corazón de la Reina que brilla sobre la humanidad, más brillante en Su Resplandor que todas las constelaciones juntas. Más resplandeciente que el sol. Radiante como Mi Gloria por Su perfección excepcional. Considera el Tabernáculo de tu Dios. Considera y valora, ampliamente, como Yo valoro Mi Trono.

 

No preguntes: "¿Cómo puede ser que el Altísimo Le haya asignado a Ella un trono tan alto en sus Cortes Celestiales?" Mira, no sólo La he asignado a Ella como la Reina de Mis Ángeles y de Mis criaturas, sino que La he asignado para ser Mi Trono. La Reina del cielo y de la tierra es el Trono del Rey de reyes, porque Yo, el Señor de Todos La he puesto a Ella, en primer lugar, en Mi Sagrado Corazón.

 

Nacida para ser Mi Corona de Esplendor, nacida para ser el Vaso de la Luz Verdadera, que se hizo carne por el linaje de David, nacida para ser Mi honor y Mi orgullo. El Espíritu Conmigo y con el Padre dijimos:

 

 

"María llena de gracia, Nosotros estamos contigo.

 

No te esconderemos ninguno de los secretos,

Nuestro Aliento será tu aliento,

emanación pura de Nuestra Gloria.

María, Nuestra imagen de Nuestra Bondad,

Nosotros te damos Nuestra Paz en Tu Corazón.

En este perfecto Corazón, Yo, el Hijo, triunfaré.

Nuestro Corazón será Tu Corazón,

un horno ardiente de amor divino.

Nuestra Alma será Tu Alma (Vida como en Lucas 9,24),

un augusto tesoro, un Paraíso para Nosotros.

Nuestro Espíritu será Tu Espíritu.

Sí, pues todo el que está unido a Nosotros

es un espíritu con Nosotros".

  

 Ésta es Aquélla a quien Nosotros tan altamente favorecimos, Aquélla a quien tantos rechazan y que es, sin embargo, el ungüento de sus ojos, el bálsamo de sus heridas, la intercesión misericordiosa ante el Padre Eterno de sus súplicas. La intercesora y abogada de su alma.

 

 Hombre débil... la Esposa de Mi Espíritu Santo es el Templo del Templo, la tierra prometida de los débiles y de los desgraciados, el reflejo de Mi eterna Luz. La consoladora de Su Consolador es el alivio de sus penas... ¿Qué tiene el hombre que decir? ¿Qué puede decir el hombre en su tienda? ¿Cómo puede él descubrir algo celestial en su cuerpo perecedero, cuando su alma está oprimida por el pecado, el alma que la Mano Todopoderosa de Mi Padre ha hecho? Tú, hombre, gobiernas tu mente sin luz, sin sentido.

 

Hoy, hombre, abre tu corazón, entonces todos los misterios que te parecían insondables te serán revelados por Mi Luz Divina, Tres veces Santa, y comprenderás quién es la Mujer adornada con el sol.

 

 Entonces, todo tu ser será levantado y tu corazón estará regocijado y extasiado cuando desaparezca el velo de tus ojos para ver el Bendito Corazón de los corazones benditos, el Más Santo de los santos, el Incomparable Corazón, ardiendo con amor ilimitado, un fuego encendido y muy brillante.

 

 Entonces, amigo Mío, entenderás lo que es la Virtud, y cómo en este Virtuoso Corazón Virginal, Yo, Dios, Me hice Hombre-Dios. Verás a la Madre de tu Salvador, Madre de los profetas, Madre de los discípulos, Madre de los carismas, Madre de Triunfo, Madre de gracias ilimitadas, Madre de inigualable Redención.  La Viña de la Verdadera Vid, la Senda hacia el Sendero, que lleva a todos a Mí, la Puerta abierta de par en par del cielo, para que todos entren y tengan vida eterna.

 

¿No te has dado cuenta de cómo Mi Corazón se derrite y favorece siempre Su Corazón? ¿Cómo puede a este Corazón, que llevó a tu Rey, negársele cualquier cosa que Ella Me pida? Todos los fieles bendigan Su Corazón, porque al bendecir Su Corazón estarán bendiciéndome.

 

  Regia y adorable la proclamarán, una vez que La conozcan. Así que levanta tus ojos, creación, ante la visión de Su Corazón y Yo te prometo que nunca dejarás de crecer en resplandor. Tu corazón será elevado hasta el horno de Su Corazón. Y, palpitando en deleite y en plenitud, entrarás en Su Corazón como quien entra en un océano de amor, ya que las riquezas de Su Corazón son tan amplias como el Mar, que fluye hacia ti y tú hacia este Mar. ¡Las Riquezas del cielo y de la tierra, todas yacen en Su Corazón y pueden ser todas para ti!

 

 Aunque la noche cubre todavía tu mente y tu corazón, ¡levántate! Levántate y eleva tus ojos a esta radiante visión de Su Corazón, que tantos profetas quisieron ver en su tiempo, pero que no La vieron. Levántate y canta un nuevo himno al Himno de la Santísima Trinidad. Canta y di: "¡Hermanos! ¡Hermanas! Vengan y sean cubiertos con el Manto de Gracia en la Gracia. Vengan y sean cubiertos por la Luz de la Reina. Vengan, seamos cubiertos por la Única que fue cubierta por el Espíritu Santo". ¿No han oído cómo las naciones vendrán a Su Luz y que los reyes vendrán a Su albeante brillantez, cuando al final Su Corazón triunfará junto con el Mío? Misterio para los ricos de corazón, pero para los pobres y los humildes una Bendición tan largamente anhelada...

 

¡Oh vengan! ¡Antes que las inundaciones del pecado los alcancen! Vengan dentro de esta Arca que puede salvarlos. No sean como sus antepasados, en los días de Noé, que no escucharon. Vengan dentro del Arca y serán salvados de las aguas tempestuosas del pecado, y de perecer en los desbordamientos del pecado. Vengan y conviértanse en los hijos prometidos de la Mediadora, como resultado de la devoción que hubieran tenido hacia Ella.

 

En su devoción a Ella, se estarán consagrando a Mí. Toda devoción, honrando Su Corazón, será ampliada y ascenderá hasta Mí, ya que Nuestra unión es tan perfecta. En su devoción a Su Corazón, todos Mis decretos serán mejor comprendidos en Su Luz, porque sus pasos serán guiados por Su Corazón, pues su mano será tomada por el Trono de Gracias Mismo. ¡Qué bendecidos serán por repetir su devoción a Su Corazón!

 

 Vengan a la Única, tan Bendita, que muestra Su Amor Maternal a Sus hijos mostrándoles el camino hacia el cielo. Vengan a la Corredentora de su Redentor cuyo Corazón, ardiendo de Amor, fue ofrecido para ser traspasado, también, por su causa. Vengan y honren este Corazón, encendido como una Lámpara, brillando por dentro y por fuera, cerca de Mi Corazón.

 

 Si dicen: "No estamos acostumbrados a Su Corazón", sepan que en realidad están diciendo: "¡No estamos acostumbrados al Corazón del Señor!". Aprende, hombre débil, que Mi Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de tu Madre están tan unidos que, en su unidad perfecta, aquellos Dos Divinos Corazones se convierten en Uno. Yo les digo solemnemente: si reconocen Su Corazón, no sólo estarán reconociendo Mi Corazón, sino también el del Padre. ¿No he dicho Yo que Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí? Si Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí, Mi Corazón también está en el Padre y Su Corazón está en el Mío. Decir que Nosotros no somos inseparables, y Uno, es negar Mi Palabra.  No sean los esclavos de su espíritu y no se dejen vencer por los argumentos del mundo.

 

Díganme, ¿qué corazón de criatura es como el Corazón de María? No hay ninguno como el Corazón de María, perfecto desde el principio, Inmaculado desde el nacimiento y lleno de Gracia, superando en Su gracia a las gracias de Mis Ángeles. Es por esto que Mis Ángeles, en multitudes, se preguntaban unos a otros: "¿Quién es ésta, detrás de Su velo?". "¿Por qué se inclinan las crestas de las montañas, reverenciándola, saludándola cuando Ella pasa?". "¿Quién es ésta sin una mancha en Su Corazón y tan agradable a Dios?". "¿Han visto cómo toda la creación de Dios inclina su mirada cuando Ella pasa?". "¿Quién es Ella que es como una fuente que hace fértiles los jardines por Sus gracias, este pozo de agua viva?". "¿Quién es Ella, con un Corazón tan puro de amor divino, aspirando a Dios día y noche, noche y día, y en perfecta unión con el Altísimo?". "¿Quién es esta Virgen que es tan humilde por encima de Su gran riqueza de virtudes y gracias, que los Ojos del Dios Supremo nunca La abandonan?". Muchos de Mis Ángeles permanecieron en silencio, admirados, las palabras les faltaron...

 

Es en ese Corazón, en ese Abismo de gracia que Yo ejercí Mi Poder.  El Autor del cielo y de la tierra, el Autor de la gracia, encontró Su cielo en el cielo, Su gracia en la gracia, para venir en la condición de un esclavo. Yo vine a la Prodigiosa Humildad (Santísima Virgen) para servir y no para ser servido. Yo, el Redentor de toda la humanidad, el Mesías prometido, vine a la imagen perfecta de Mi Sagrado Corazón, para compartir las penas, las alegrías, los sufrimientos, el martirio, las maravillas, las traiciones, las agonías, la flagelación, el traspasamiento, y la crucifixión. Juntos, Nuestros Corazones expiaron.

 

Todos los momentos que Mi Santa Madre pasó en la tierra fueron un perfecto himno de amor, caridad, humildad y pureza. Un tesoro de Mis tesoros. Yo vine a este Santo Corazón, imagen y semejanza de Mi Sagrado Corazón, para hacerme Hombre-Dios, para seguir Sus pasos  y para que más tarde, Ella siguiera los Míos.  He dicho que Ella y Yo compartimos todo, hasta el camino hacia la Cruz.

 

Nuestra unión era tan íntimamente perfecta que Nosotros no necesitábamos hablar, pues el lenguaje mismo estaba en Nuestro Corazón. Mis palabras y Mis pensamientos no necesitaban ser llevados a Ella en Mi ausencia. En el poder supremo de Mi Espíritu Santo, todo era conocido por Ella. En Su Corazón virginal todo era conocido por ella, pues Ella poseía a Dios y Dios La poseía. De este modo, su alimento diario era la Voluntad del Padre Eterno.

 

¡Oh Creación! ¡Mi Alma está en total espanto cuando tantos de ustedes niegan Su Corazón! Y Mis Ángeles tiemblan por ese día en que Yo declararé a esta gente ¡culpable! Pero para aquellos que La honraron y La amaron, la Puerta de Su Corazón estará abierta para ustedes para que entren en el Cielo. Y Yo les diré a ustedes que La aman y La honran: "¡Vengan! Su amor por Ella fue tan grande en la tierra, que hoy pueden venir a su habitación y ante Mi Santo Templo,  inclínense".

 

Creación, este Gran Signo  (Ap 12,1) en el cielo, la Mujer adornada con el Sol, que tiene a los demonios paralizados con temor, este Gran Signo que ilumina los cielos, aterrorizando a la Oscuridad (el demonio) no es otro más que Mi Madre. En contraste con la oscuridad, Yo elevé a esta Santísima Virgen para que fuera para todos ustedes un Pilar de fuego ardiente de noche y para guiar su paso, y de día, un Sol para que iluminara su terrible oscuridad.

 

Aquel día en que fui concebido por el Espíritu Santo en Su Vientre virginal, todos los demonios se paralizaron aterrorizados, mientras que al mismo tiempo, en el cielo, una gran multitud de la hueste celestial, alababa a Dios y cantaba:

  

"Gloria a Dios en lo más alto del cielo,

y paz a los hombres que gozan de Su favor".

 

Así, Yo descendí desde el cielo al cielo, desde Mi trono hasta Mi trono...

 

 

 Sí, donde cada virtud estaba floreciendo, extasiando Mi Sagrado Corazón por la fragancia de Su Amor perfecto. El Corazón de Mi Perfecta no tiene rival y es completamente adorable... Su Corazón, desde Su Inmaculada Concepción, fue una incesante oración, un incienso expiador, una incesante adoración a Dios. Ésta es Mi Viña (María) cultivada por la poderosa Mano de Mi Padre, para que la Verdadera Vid ponga Su raíz en ese suelo.

 

Vengan al Corazón de su Madre Bendita, que es tan brillante como el día. Vengan y reciban Sus gracias, que son innumerables, y ese destello de rayos de Sus Manos. Mi Corazón, que está lleno de gracia y verdad, se hizo carne en el Vientre Virginal lleno de gracia y de verdad. Y ahora, Nuestros Dos Corazones, unidos en Uno, conquistarán la Amarga Plaga, no por la fuerza física, ni por la fuerza de las armas, sino con amor y sacrificio

 

      

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