EL NIÑO JESÚS Y LA NARRACIÓN

DE LOS REYES MAGOS

 

 

 

 

 

 

MARTES 23 DE DICIEMBRE DE 1986 MEDIANOCHE

APARICIÓN # 438

(NUESTRA SEÑORA; PEÑABLANCA)

 



Son las 12 de la noche y Miguel Ángel se encuentra arrodillado en el interior del Jardín Santo. Su mirada está dirigida al cielo y conversa muy silenciosamente con Nuestra Señora.

Miguel Ángel tiene en sus manos un crucifijo, lo levanta y lo besa, hace una reverencia y se lo presenta al sacerdote.

Se acerca más hacia el olivo y todos rezamos el Padre Nuestro. Luego, se incorpora y vuelve a tomar el crucifijo entre sus manos y lo besa y echa hacia atrás su cabeza.

Rezamos el Ave María y el Gloria Patri, mientras Miguel Ángel gira y avanza hacia la salida del Santuario. Ahora, rezamos el Credo.

Ya afuera, camina y se detiene frente a la ermita de Fátima. Lleva el crucifijo en su mano derecha y enseguida se dirige hacia el sector de las banderas. Da a besar el crucifijo a una peregrina y avanza hacia la cruz. Le siguen el padre Miguel Contardo y el padre Manuel Salinas. En el trayecto, da a besar el crucifijo a varias otras personas, sin mirarlas, como si supiera dónde está cada una de ellas. Luego, gira, se balancea, sonríe y regresa al Santuario.

Ha llegado Nuestra Señora con el Niño Jesús, dice Miguel Ángel, mientras se arrodilla y hace una reverencia al Niño Jesús.

Shalom laj Emmanuel.

Shalom laj Myriam.

La paix, the peace for you.

La paz sea con vosotros.

Repite lo mismo en varios otros idiomas, algunos no reconocidos por nosotros. Lo hizo en francés, alemán, inglés, ruso y japonés. Luego Miguel Ángel dice:

Nuestra Señora nos pide que nos demos el saludo de la paz del Mont Carmelle. Sí, dice Miguel Ángel y levanta el crucifijo y una cruz de metal, presentándoselas al Niño Jesús. Apunta hacia el suelo, donde hay otros objetos religiosos.

Levantar los objetos religiosos para que reciban la bendición.

Ahora el sacerdote los bendice.

El Niño Jesús va a dar su bendición a los objetos, dice el vidente, que se encuentra de rodillas, y nosotros hacemos lo mismo. Miguel Ángel canta el Aleluya y Gloria a Dios, en latín. Gloria a Dios, dice y todos nos persignamos. A continuación, se produce un diálogo entre la Madre de Dios y el vidente.

¿Sabe?, en la semana tuve que decir a la gente. Todos creían que iba a ser el 24, mañana, y yo les decía que iba a ser del 23 para el 24. Bueno, la gente decía que era el 24 para el 25. Yo les decía que el 24 a las 12 de la noche … ¡Ahá!, más o menos … Medianoche, o aún antes.

Bueno, no importa … sí. Cuéntame algo de esa época …

Quiero hacerle una pregunta: ¿Estaba Usted en el pesebre cuando vinieron los Reyes Magos, o no? ¿Cuánto se demoraron en llegar? … ¿tanto?… ¿En qué mes fue? … No me sé ese mes; hábleme en español mejor … Sí, se demoraron harto … ¿Por qué se aparece la estrella

y a veces no? … ¡Ahá!, ya caigo.

¿Y de dónde venían? Unos dicen que venían de Oriente … ¿eran magos? ¿No?, yo pensaba que hacían magia (Miguel Ángel ríe).

¿Y dónde están esos rollos de papel? ¿En Egipto? … ¿en qué parte? … ¡No!

Si el Señor vino de Egipto, ¿por qué no? Ese era el que estaba más cerca de ustedes. Sí, … ¿por qué no lo notó? … sí, ya. ¿Y dónde estará ahora? … El otro, ¿de dónde venía? … ¡huy!, qué lejos … Yo pensaba que era una fantasía lo de los Reyes Magos … sí, a veces le ponen más.

Entonces no llegaron al pesebre el mismo día … y no eran todos del mismo lugar. ¿Y dónde se juntaron? ¿Venían muchos más?… ¿Y qué hizo Usted cuando los vio? … ¡Ah!, Usted ya lo sabía.

¿Y don José qué hizo? … ¡Ahá! (sonríe) y el tercero … ¡Ahá!, eso uno no lo sabe, ¿no ve? Perdone que sea un poquito preguntón, pero una cosita más … sí. ¿Qué camino tomaron para irse a Egipto esa vez? … ¡Ah!, no me suena para nada eso. Yo pensaba que tenía tienda; dormían así no más … ¿De dónde sacaban el agua? … sí, … debe haber sido pesado el día y en la noche también … sí … Otra pregunta más chica, ¿se puede? … sí … Entonces no era ni un cometa ni tampoco esas cosas que dicen conjunción de planetas … ¿Tan grande? … ¡Ahá! mmm …

¿Y qué estaba haciendo Usted cuando se le apareció el ángel … Sí, ¿se asustó? Sí, … ¡ah! … yo me asusté mucho; sentí una cosa media rara cuando la vi a Usted en el árbol, algo así. Iba a salir arrancando, pero cuando me llamó, ya no. ¿Eso mismo le dio? Un poquito de susto

… sí, sí. Eso es todo lo que quería saber.

Ya tengo compaginado todo lo que me había dicho el año pasado … ¡Ah!, eso se me estaba olvidando … Sí, eso … sí, gracias, nada más.

¡Ah!, una consulta otra vez, pero nada que ver con eso. Hay un niño que se llama Francisco, Pancho, no sé cómo, no me acuerdo. ¡Sí, ese!, te pido por él también, por lo que … sí. Nuestra Señora dice esto: No importa que vosotros no escribáis el nombre. Cuando ya se pide de corazón, el Cielo lo sabe. ¡Ahá!, sí, gracias, dice el vidente. No me la sé, no tengo ni una bandera. Tras unos segundos agrega: Mateo, capítulo 2, versículos del uno al nueve. ¿Qué hay ahí?, ¿cómo es eso? Tampoco hay una Biblia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Sí, dice Miguel Ángel, y se produce una larga pausa. No, gracias, dice, y levanta sus brazos y hace un ademán de recibir al Niño Jesús.

Levanta su mano derecha y hace un gesto como de acariciar. El vidente sonríe, tiene una expresión de mucha alegría.

Me gusta ese rulito. ¿No me lo puedes regalar?, dice Miguel Ángel. ¡Yo me fui sin ningún pedacito!, es muy chiquitito, va a quedar peladito del pelo, de nuevo. No me habla nada … ¿Por qué nunca casi habla? ¿Te acuerdas cuando lo dejaste un ratito al niño? ¡Uhu! … está el suelo, pero ahí no.

Miguel Ángel levanta su mano hacia el olivo, en un gesto como si estuviese tocando algo.

¿Por qué los demás no te pueden ver y yo te toco?

Miguel Ángel está arrodillado con su mirada hacia el suelo y de una bolsa plástica saca un género blanco. Lo desdobla, lo besa y lo pone entre sus manos, extendido, como para recibir algo, y mira hacia el cielo. Luego pide al sacerdote que bendiga el paño. Enseguida lo levanta. Miguel Ángel tiene en su cara una expresión de gozo pleno y ríe tiernamente. El paño ha tomado la forma del cuerpo del Niño Jesús.

Ahora, trata de taparlo, lo besa y levanta el paño, y lo presenta al cielo. Con la mano izquierda parece sostener la cabecita.

Está igual, dice Miguel Ángel, no tanto, está más flaquito ahora. Sí, ya.

Miguel Ángel pone el paño en el suelo, con mucho cuidado y mira al cielo. Su rostro ahora está serio.

Está moviendo las patitas, ahora. ¡Agárrelo bien, que se puede caer!, dice cuando le pasa el Niño a Nuestra Señora. Luego, dobla el paño y lo pone en su brazo.

Miguel Ángel hace gestos de afirmación con su cabeza y levanta su mano derecha como para despedirse y luego, junta sus brazos como escuchando algo, atentamente. Se despide y nosotros hacemos lo mismo, agitando nuestras manos con mucha alegría. Dice ahora:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Enseguida Miguel Ángel canta: Gloria cantan en los cielos.

Luego, pregunta cómo se pronuncia: Theos, Pax, Glory ¿Y lo otro que está arriba? Pax y una cruz. ¡Chao!, dice finalmente y canta el Ave María en latín. Sí, Señora, hasta el 13.

Rezamos, como de costumbre hincada Bendita sea tu Pureza.

Es la 1:05 de la madrugada y Miguel Ángel sale del éxtasis, ante más de 500 personas.

Nota: Terminada la aparición y asediado por sus más íntimos, Miguel Ángel nos dijo:

Bueno, yo voy a tratar de contarles después, cómo fue lo último que le pregunté a Nuestra Señora, porque la otra vez, cuando apareció, mostró cómo había nacido el Niño Jesús y yo quería saber cómo y de dónde habían venido los Reyes Magos. Y la otra noticia que no sabía, es que la estrella no era ninguna conjunción y tampoco era un platillo volador, como decían; ¡Nada! Lo que era es una estrella en forma de cruz y esa estrella va a volver a aparecer cuando venga Nuestro Señor, por segunda vez. Va a aparecer antes que llegue Nuestro Señor.

El mes no fue en diciembre. El Niño Jesús nació el 13 de julio, pero lo celebramos el 25 de diciembre igual. El calendario está cambiado, pero el cielo respeta el día elegido por los hombres.

Los magos llegaron varios meses después. Uno dijo que era de Etiopía y que los papeles esos que habían anotado ellos, estaban dentro de una casa que se había derrumbado por un terremoto que hubo. Está en el este, en Mesoria y está sepultada en Egipto. El otro está cerca de Etiopía, hacia abajo y el otro venía de más arriba. Esa parte es secreta. Están los escritos, donde ponen que habían ido a ver al Mesías. Eso es importante y dio Don de Gracia.

Los Reyes Magos provenían de Etiopía, Egipto y Japón. Se encuentran ocultos documentos al respecto. Más tarde, Miguel Ángel nos contó que el egipcio le llevó el oro, el etíope, el incienso y el japonés, la mirra y que en la huida a Egipto, Nuestra Señora atravesó el desierto en un camello.

 


 

 

 

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