MISTERIOS DEL ROSARIO
La Señal de la Cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios
nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser
Tú quien eres, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a la brevedad. Ofrezco
mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en tu bondad
y misericordia infinita, que me los perdonarás y me darás la gracia para no
volverte a ofender. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
María Santísima e Inmaculada. Amén.
Ofrecimiento del Rosario
Dios, Padre Misericordioso, dirige y acepta mis pensamientos,
palabras y obras. Y Tú, Virgen Santísima, dame la Gracia de rezar con devoción y
amor este Santo Rosario, el cual ofrezco especialmente en reparación por todas
las ofensas cometidas contra los Corazones de Jesús, María y José, y para que se
acelere el Triunfo de Sus Corazones. Le pido a mi Ángel de la Guarda, a todos
los Ángeles y Santos del Cielo y a las Almas del Purgatorio, que me ayuden a
rezar este Santo Rosario. Deseo unirme a las intenciones de la Santísima Virgen,
a las del Papa y a todos los Rosarios que se están rezando en este momento en el
mundo entero, y pedir:
Por la conversión de nosotros, los pecadores, por la paz del mundo
y la unidad de las familias; por la salvación de todas las almas, y para que
Dios Padre detenga el curso de la guerra y nos conceda la Gracia del verdadero
Amor y perfecta Obediencia a Su Voluntad.
Por la paz y la unidad de la Iglesia y de todos los Cristianos; por el Papa, los Obispos, Sacerdotes, Religiosos y por todo el laicado en general, para que seamos preservados de las fuerzas del mal; por la salvación de las almas Consagradas, la Santificación del Clero, y para que el Señor suscite los apóstoles de los últimos tiempos.
Por los gobernantes de todas las naciones, para que administren en
favor de la paz y la justicia social; por la conversión del corazón del mundo,
para que la humanidad reciba una iluminación de conciencia, y para que Jesús
calme la naturaleza y las naciones sean preservadas de inundaciones, terremotos,
volcanes, devastaciones y guerras.
Por todos los atribulados que sufren: Tristes y oprimidos;
explotados y vejados; hambrientos y abandonados; refugiados y damnificados;
presos y secuestrados; perseguidos y desterrados; torturados y violados; heridos
y enfermos; alcohólicos y drogadictos; dementes y posesos; moribundos y
agonizantes, para que sean consolados y salvados.
Por el eterno descanso de las benditas Almas del Purgatorio,
especialmente por las más necesitadas y por los ancestros de nuestra familia.
Por la liberación de todas las maldiciones ancestrales y para que Satanás sea
arrojado nuevamente al infierno.
GOZOSOS, se rezan los lunes y sábados, y los domingos de Adviento y los domingos desde la Epifanía hasta la Cuaresma
1°
De la encarnación del Hijo de Dios.
2°
De la Visita de la Santísima Virgen a su prima Santa Isabel.
3° Del Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén.
4° De la presentación de Jesús en el Templo.
5°
Del Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
DOLOROSOS, se rezan los martes y viernes, y diariamente desde el miércoles de ceniza hasta el sábado de Gloria.
1°
De la Oración de Jesús en el Huerto.
2°
De los Azotes que el Hijo de Dios padeció atado a la columna.
3°
De la Corona de Espinas.
4°
Jesús con la Cruz a cuestas.
5°
De la Crucifixión y muerte de Nuestro Señor.
GLORIOSOS,
para miércoles y Domingo.
1°
De la gloriosa Resurrección del Hijo de Dios.
2°
De la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo
3°
De la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.
4° De la Asunción de la Santísima Virgen María en cuerpo y alma al cielo.
5°
De la Coronación de la Santísima Virgen como Reina y Madre de todo lo creado.
MISTERIOS DE LA LUZ, para todos los jueves.
1° Su Bautismo en el Jordán.
2° Su autorevelación en las bodas de Caná.
3° Su anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4° Su Transfiguración.
5° Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del Misterio Pascual
Jaculatorias que se pueden rezar entre misterios:
V: María, Madre de Gracia,
Madre de Misericordia.
R: En la vida y en la muerte, ampáranos, ¡oh, Señora!
V: Ave María, Purísima.
R: Sin Pecado Original Concebida.
V: Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al Santísimo y Divinísimo
Sacramento.
R: Y Bendita sea por siempre la Santa e Inmaculada Concepción de la
Bienaventurada siempre Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
¡Oh, Jesús mío! Perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y
lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu
Misericordia.
¡Jesús, protege y salva a los no nacidos!
Jesús, mi único Amor, Te ruego por aquellos a los que Tú amas, pero que no saben cómo amarte; que ellos puedan ser purificados y sanados, para que también queden exentos de todo mal. Amén.
En las tres últimas cuentas del Rosario se reza:
V: Virgen Purísima y Castísima, antes del Parto, haznos mansos, humildes, puros
y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Dios Te Salve, María...
V: Virgen Purísima y Castísima, en el Parto, haznos mansos, humildes, puros y
castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Dios Te Salve, María...
V: Virgen Purísima y Castísima, después del Parto, haznos mansos, humildes,
puros y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Dios Te Salve, María...
Terminando se reza La Salve (debe rezarse de pie o de rodillas, 5 años de indulgencias)
La Salve
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve; a ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos,
gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea!, pues, Señora esperanza
nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente! ¡oh
piadosa! !oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para
que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor
Jesucristo.
ORACIÓN
FINAL DEL SANTO ROSARIO
¡Oh! Soberano Santuario,
Madre del Divino Verbo,
Libra Virgen del infierno
a los que rezan tu Rosario.
Emperatriz poderosa
de los mortales consuelo;
ábrenos Virgen el Cielo
con una muerte dichosa
y danos pureza de alma
tú que eres tan poderosa.
A los devotos del Santo Rosario de la Virgen que aún no se deciden por vergüenza a confesarse, entrar por favor a esta página, de allí los llevaremos a otra donde les vamos a dar mucho ánimo y a enseñarles como se debe hacer. Tengan la seguridad que después de leerla van a cambiar su manera de pensar. Nosotros los acompañamos y los comprendemos porque también tuvimos que pasar por el mismo proceso. Es importante decir que la Santísima Virgen es Madre de todos nosotros, es Inmaculada y Pura, pero conoce todos los pecados al revés y al derecho y podemos confiar plenamente en ella para que nos aconseje, válido también para el mundo masculino.
¿Cómo hacer una buena confesión?
El
Santo Rosario
Palabras de la Santísima Virgen a Santo Domingo
Todo cuanto
pidieres por el Rosario lo alcanzarás.
Los que recen mi
Rosario son hijos míos, y mis hermanos en Jesucristo mi único hijo.
Prometo especial
protección y grandes favores a todos los que recen con devoción mi Rosario.
El Rosario hará
reflorecer las virtudes y multiplicará las obras santas; atraerá sobre las
almas abundantes misericordias de Dios.
El alma que se
encomienda a mí por medio del Santo Rosario jamás perecerá.
El que le rezare
con exactitud no caerá en la desgracia, ni será sorprendido por la muerte.
La devoción al
Rosario es señal de predestinación.
Los fervorosos
discípulos de mi Rosario no morirán sin sacramentos.
Libraré en día
fijo a las almas del Purgatorio que hayan tenido devoción a mi Rosario.
BENDICIONES
DEL ROSARIO
1. Los pecadores obtienen el perdón.
2. Las almas sedientas se sacian.
3. Los que están atados ven sus lazos desechos.
4. Los que lloran hallan alegría.
5. Los que son tentados hallan tranquilidad.
6. Los pobres son socorridos.
7. Los religiosos son reformados.
8. Los ignorantes son instruidos.
9. Los vivos triunfan sobre la vanidad.
10. Los muertos alcanzan la misericordia por vía de sufragios.
BENEFICIOS DEL ROSARIO
1. Nos eleva gradualmente al perfecto conocimiento de Jesucristo.
2. Purifica nuestras almas del pecado.
3. Nos permite vencer a nuestros enemigos.
4. Nos facilita la práctica de las virtudes.
5. Nos abrasa en amor de Jesucristo.
6. Nos proporciona con qué pagar todas nuestras deudas con Dios y con los
hombres.
7. Nos consigue de Dios toda clase de gracias.
Palabras de la Santísima Virgen al Beato Alano de Rupe
El rosario se mantuvo como
la oración predilecta durante casi dos siglos, después de su institución por
Santo Domingo. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a
Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo
también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros
logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Santo Domingo
referentes al Rosario.
Quien me sirviera rezando constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente rezaren mi Rosario.
El Rosario será un escudo fuertísimo contra el infierno.
El Rosario hará germinar las virtudes.
El alma que se me encomiende por el Rosario, no perecerá.
El que con devoción rezare mi rosario, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá desgraciadamente.
Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Auxilios de la Iglesia.
Quiero que todos los que rezan mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia.
Yo, libro muy pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
Todo cuanto se pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
He impetrado de mi Hijo que todos los cofrades del Rosario tengan en vida y muerte como hermanos a todos los Bienaventurados de la corte celestial.
Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
La Devoción del Santo Rosario es una señal de predestinación a la gloria.
Mi Madre le concederá aumento
de comida en su granero, no faltando por lo tanto el sustento.
Serán protegidos, ellos y sus familiares, allí donde se encuentren, tapados por
el Manto de María.
Les protegeré el trabajo o su economía y les protegeré sus hogares.
En momentos de falta en la Tierra del Pan Divino, serán satisfechos con las
Gracias Celestiales para alimentar su espíritu, su alma, y corazón. Nada ha de
faltar a aquellos que son devotos del Rosario de mi Santa Madre”
(*) En verde: Palabras del Maestro dadas a una humilde hermana en el Barrio del
Pilar (Madrid) el 6-2-2009.
Súplicas de la Santísima Virgen a sus hijos
Eventos mayores están a punto de ocurrir en el mundo. La justa mano del Padre no puede aguantarse más. Está a punto de caer sobre la humanidad como un poderoso golpe. Pido, ruego, ruego y pido, que todos mis niños que están dedicados a Mí y por medio de Mi Rosario a tomar sus rosarios, como un ejército tomaría sus armas, y oren, oren, oren. Muchos de mis hijos están al filo del abismo del Infierno, a punto de caer en él.
En este día tardío, la única cosa que salvará a muchos de ellos es su oración a Mi Rosario. El Rosario es mi arma escogida para Mi ejercito y es muy poderosa. Satanás le teme.
Mis niños, nunca lo suelten y nunca dejen de rezarlo, sequen las lágrimas de sangre de su Madre rezando su Rosario. Salven almas para Mi Hijo, el ama a cada uno y a todas las almas demasiado.
Sequen mis lágrimas de sangre; recen su Rosario.
Consuelen a su Madre; recen su Rosario.
Ayuden a su Madre; recen su Rosario.
Toquen la puerta del Corazón de su Madre; recen su Rosario.
Unan sus corazones; recen su Rosario.
Recen su rosario, recen su Rosario, recen su Rosario.
Ayúdenos a salvar almas; recen su Rosario.
La Virgen y el Rosario.
Mientras Santo Domingo predicaba el rosario cerca de Carcasona, le presentaron
un albigense poseído del demonio. Exorcizólo el Santo en presencia de una gran
muchedumbre. Se cree que estaban presentes más de doce mil hombres. Los demonios
que poseían a este infeliz fueron obligados a responder, a pesar suyo, a las
preguntas del Santo y confesaron:
1.º que eran quince mil los que poseían el cuerpo de aquel miserable, porque
había atacado los quince misterios del rosario;
2.º que con el rosario que Santo Domingo predicaba causaba terror y espanto a
todo el infierno y que era el hombre más odiado por ellos a causa de las almas
que arrebataba con la devoción del rosario;
3.º revelaron, además, muchos otros particulares.
Santo Domingo arrojó su rosario al cuello del poseso y les preguntó que de todos
los santos del cielo, a quién temían más y a quién debían amar más los mortales.
A esta pregunta los demonios prorrumpieron en alaridos tan espantosos que la
mayor parte de los oyentes cayó en tierra, sobrecogidos de espanto. Los
espíritus malignos, para no responder, comenzaron a llorar y lamentarse en forma
tan lastimera y conmovedora, que muchos de los presentes empezaron también a
llorar movidos por natural compasión. Y decían en voz dolorida por la boca del
poseso: “¡Domingo! ¡Domingo! ¡Ten piedad de nosotros! ¡Te prometemos no hacerte
daño! Tú que tienes compasión de los pecadores y miserables, ¡ten piedad de
nosotros! ¡Mira cuánto padecemos! ¿Por qué te complaces en aumentar nuestras
penas? ¡Conténtate con las que ya padecemos! ¡Misericordia! ¡Misericordia!
¡Misericordia!”
El Santo, sin inmutarse ante las dolientes palabras de los espíritus, les
respondió que no dejaría de atormentarlos hasta que hubieran respondido a sus
preguntas. Dijéronle los demonios que responderían, pero en secreto y al oído,
no ante todo el mundo. Insistió el Santo, y les ordenó que hablaran en voz alta.
Pero su insistencia fue inútil: los diablos no quisieron decir palabra.
Entonces, el Santo se puso de rodillas y elevó a la Santísima Virgen esta
plegaria: “¡Oh excelentísima Virgen María! ¡Por virtud de tu salterio y rosario,
ordena a estos enemigos del género humano que respondan a mi pregunta!” Hecha
esta oración, salió una llama ardiente de las orejas, nariz y boca del poseso.
Los presentes temblaron de espanto, pero ninguno sufrió daño. Los diablos
gritaron entonces: “Domingo, te rogamos por la pasión de Jesucristo y los
méritos de su Santísima Madre y de todos los santos, que nos permitas salir de
este cuerpo sin decir palabra. Los ángeles, cuando tú lo quieras, te lo
revelarán. ¿Por qué darnos crédito? No nos atormentes más: ¡ten piedad de
nosotros!”
“¡Infelices sois e indignos de ser oídos!”, respondió Santo Domingo. Y,
arrodillándose, elevó esta plegaria a la Santísima Virgen: “Madre dignísima de
la Sabiduría, te ruego en favor del pueblo aquí presente –instruido ya sobre la
forma de recitar bien la salutación angélica–. ¡Obliga a estos enemigos tuyos a
confesar públicamente aquí la plena y auténtica verdad al respecto!”
Había apenas terminado esta oración, cuando vio a su lado a la Santísima Virgen
rodeada de multitud de ángeles que con una varilla de oro en la mano golpeaba al
poseso y le decía: “¡Responde a Domingo, mi servidor!” Nótese que nadie veía ni
oía a la Santísima Virgen, fuera de Santo Domingo.
Entonces los demonios comenzaron a gritar:
“¡Oh enemiga
nuestra! ¡Oh ruina y confusión nuestra! ¿Por qué viniste del cielo a
atormentarnos en forma tan cruel? ¿Será preciso que por ti, ¡oh abogada de los
pecadores, a quienes sacas del infierno; oh camino seguro del cielo!, seamos
obligados –a pesar nuestro– a confesar delante de todos lo que es causa de
nuestra confusión y ruina? ¡Ay de nosotros! ¡Maldición a nuestros príncipes de
las tinieblas!
¡Oíd, pues, cristianos! Esta Madre de Cristo es omnipotente, y puede impedir que
sus siervos caigan en el infierno. Ella, como un sol, disipa las tinieblas de
nuestras astutas maquinaciones. Descubre nuestras intrigas, rompe nuestras redes
y reduce a la inutilidad todas nuestras tentaciones. Nos vemos obligados a
confesar que ninguno que persevere en su servicio se condena con nosotros. Un
solo suspiro que Ella presente a la Santísima Trinidad vale más que todas las
oraciones, votos y deseos de todos los santos. La tememos más que a todos los
bienaventurados juntos y nada podemos contra sus fieles servidores.
Tened también en cuenta que muchos cristianos que la invocan al morir y que
deberían condenarse, según las leyes ordinarias, se salvan gracias a su
intercesión. ¡Ah! Si esta Marieta –así la llamaban en su furia– no se hubiera
opuesto a nuestros designios y esfuerzos, ¡hace tiempo habríamos derribado y
destruido a la Iglesia y precipitado en el error y la infidelidad a todas sus
jerarquías! Tenemos que añadir, con mayor claridad y precisión –obligados por la
violencia que nos hacen–, que nadie que persevere en el rezo del rosario se
condenará.
Porque Ella obtiene para sus fieles devotos la verdadera contrición de los pecados, para que los confiesen y alcancen el perdón e indulgencia de ellos.”
Entonces, Santo Domingo hizo rezar el rosario a todos los asistentes muy lenta y
devotamente. Y a cada avemaría que recitaban –¡cosa sorprendente!– salía del
cuerpo del poseso gran multitud de demonios en forma de carbones encendidos.
Cuando salieron todos los demonios y el hereje quedó completamente liberado, la
Santísima Virgen dio su bendición –aunque invisiblemente– a todo el pueblo, que
con ello experimentó sensiblemente gran alegría.
Este milagro fue causa de la conversión de muchos herejes, que llegaron hasta
ingresar en la Cofradía del Santo Rosario.
(De "El Secreto admirable del Santísimo Rosario" - San Luis M. G. de Monfort)
Llamado del Padre Luciano Ciciarelli
Estimado Hermano:
Ayúdanos a nivel mundial a regalar el "Tratado de la Verdadera Devoción"
(está en Nuestra
Biblioteca), de San Luis
María de Montfort (que Juan Pablo II sabía de memoria) a todos los que, por lo
menos una vez cada semana o cada mes, se reúnen con los vecinos en una hora
determinada, para rezar el Santo Rosario, y leer una página de ese Tratado.
Quiero agradecer por la bondad, la paciencia, y el gran entusiasmo evangelizador con los cuales se me ha acogido a lo largo de este 2010 en España, Santo Domingo, Puerto Rico, Estados Unidos, México, Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Luxemburgo y Alemania, etc.
Durante el año 2011, si Dios quiere, haré el mismo recorrido (8-9-10). En el
2011 las fechas de mi llegada a cada País, van a ser aproximadamente las mismas
que en este 2010, pero con más precisión van a ser comunicadas con mucho tiempo
de anticipación.
Mi trabajo principal va a consistir en felicitar y bendecir esos Grupos del
Santo Rosario que leen por lo menos cada mes una página del Tratado (les pediré
que me ayuden a fundar más de esos grupos en todos los Países del mundo).
En el mundo siguen los terremotos, las aluviones, las crisis económicas, las
sequías, las guerras, la pobreza, las enfermedades, etc.
Pero las plagas peores son de tipo moral, y avanzan con gran fuerza, como una
avalancha destructora: los divorcios, los abortos voluntarios, la eutanasia, el
matrimonio entre personas de mismo sexo, los anticonceptivos desde la
adolescencia, etc.
Además, eso pasa no solamente
a nivel individual (pues, bajo ese aspecto, tales plagas han acompañado siempre
la historia de la humanidad), sino a nivel político y democrático (o sea a nivel
de masas y con el apoyo de las leyes).
Y tampoco pasa sólo en los Países protestantes, musulmanes, budistas, sino en
los Países con grandísimas mayorías católicas (como Francia, Italia, España,
Estados Unidos, México...).
Gracias a Dios, las asociaciones católicas, ya sea las nuevas (Focolares,
Neocatecúmenos, Regnun Christi...), ya sea las antiguas (Opus Dei, Cursillos de
Cristiandad, Legión de María, Schoenstadt, Terceras Órdenes...), siguen
trabajando valientemente, al servicio de Dios y de las almas en Italia, Estados
Unidos, y en todos los demás Países.
Pues bien, nuestra humilde Consecratio Mundi está avanzando con una especial velocidad a nivel mundial: esa especial velocidad se explica por distintos motivos:
1) Satanás odia mucho el Tratado, tanto que llegó a matar al autor, a destruir 96 páginas suyas, y a esconder lo demás por 130 años (según el Santo Autor lo previó y lo describió en el numeral 114 del mismo libro).
2) El gran Juan Pablo II, lo recomendó muchísimo, hasta llamarlo "indispensable".
3) Mientras las otras Asociaciones católicas piden a sus socios muchas horas mensuales, nuestra Consecratio Mundi, además del Santo Rosario, que ya es rezado por millones de católicos antes de las Santas Misas y entre vecinos, como algo obligatorio pide sólo que en el grupo se añada la lectura de una página del Tratado (lo cual dura pocos minutos), por lo cual hasta a los católicos más atareados, o enfermos, les gusta incorporarse con facilidad en nuestra Asociación Consecratio Mundi.
4) Pero el motivo principal del actual "gran éxito" (como lo define y describe proféticamente el mismo San Luis María de Montfort en ese numeral 114 del libro) del Tratado, se explica porque este libro tiene por autor al "Espíritu Santo", según lo declara el Montfort en ese mismo numeral 114.
Lo que más quiero poner de relieve en este momento, es que en este 2011 celebramos el tercer año del Trienio de preparación al Tercer Centenario de escrito el Tratado de la Verdadera Devoción (en la Rue des Sauniers, 3, La Rochelle, Francia) en el año 1712, por mano de San Luis María de Montfort.
Debemos organizarnos para lograr que el Papa declare todo el año 2012, un especial "Año Monfortiano", según lo ha propuesto un fervoroso sacerdote de Brasil, que acaba de fundar una nueva Congregación para difundir la fuerte espiritualidad del Montfort.
Otro punto muy importante, relacionado con este Trienio, es también la urgencia de pedirle al Papa que a lo largo de ese Año Tricentenario 2012, declare a San Luis María de Montfort, 34° Doctor de la Iglesia Universal (después de San Juan Crisóstomo, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, y los otros 30 Santos que ya han sido declarados Doctores de la Iglesia).
En casi todas las Parroquias, antes de algunas Santas Misas, existen grupitos de personas que recitan constantemente el Santo Rosario: ellas son las más dispuestas candidatas a recibir el Tratado gratuito, aceptando, por lo menos una vez al mes, añadir al Santo Rosario comunitario, algunos minutos de lectura del Tratado del Montfort.
La invitación del
Padre es a que se formen más grupos que se reúnan a rezar el Rosario y que una
vez por semana o por mes lean una página del Tratado de la Verdadera Devoción de
San Luis María Grignon de Montfort.
La página del Padre Luciano es la siguiente: http://www.bibliaamada.org/inicio/
San Luis María
El Tratado lo pueden bajar desde aquí:
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