LA HORA DE LOS CONDENADOS

Esta oración puede ser rezada solamente por personas que se encuentren en Gracia de Dios, únicas intercesoras válidas en la tierra, ante Dios Padre. Puede rezarse todos los días, pero solamente una vez por día. Les pedimos que la recen todos los días, den amor a sus hermanos acongojados y afligidos, ellos salvados del fuego del Infierno, se los agradecerán y serán vuestros intercesores cuando alcancen la Gloria de Dios.

Gracia de Dios significa, haber abandonado el pecado, rechazar al demonio con todas las fuerzas, estar bien confesados (sin tener pecados no confesados), además se requiere estar comulgando al menos una vez a la semana. Si estas condiciones no se cumplen la oración no tiene efecto alguno.

Padre Santo, apelando a Tu Divina Voluntad que es Amor y Misericordia, Yo (decir su nombre), en este instante (mirar el reloj) y por el lapso de una hora a partir de este momento, Te pido a través de la Pasión y Muerte y Resurrección de Tu Amado Hijo y la Preciosísima Sangre derramada por Nuestro Señor Jesucristo unido al Santo Espíritu de Dios y con la intercesión de la Inmaculada Santísima Virgen María, de todos los ángeles y santos en el Cielo, que todas las personas en pecado mortal en el mundo entero que morirán durante esta hora, no se pierdan y no sean llevadas al Infierno eterno. Que el Arcángel San Miguel aparte a los demonios que están ya rodeando esos cuerpos con vehemencia, que los arroje al infierno a donde pertenecen y de donde no debieron salir jamás. Que los encadene y los precipite en el abismo, para que nunca más puedan seducir a las almas de Dios, hechas a Su imagen y semejanza.

Te lo pedimos Padre Santo apelando a los Sagrados Méritos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén

Padre Santo, seca ya Tus lágrimas de pena y pon una de Tus Santas Manos sobre tu Santo Rostro, para que no veas tan andrajosas y putrefactas almas, pero extiende Tu otro Brazo Santo y con él entrega la orden para que sean conducidas al Purgatorio, y si fuese necesario a los lugares más profundos de él y que allí se queden incluso hasta el día del Juicio Final, en caso que así lo merecieren.

Un Padre jamás le puede decir que no a un(a) hijo(a) que lo ama con locura, ten a bien escucharme y salva del Infierno eterno a aquellas almas que se van a condenar, recuerda que tienen algo de Ti y si las condenas, una parte también de Ti se condena. Seca Tus lágrimas Padre, seca Tus lágrimas. Amén

Oh misericordiosísimo Jesús, abrasado en ardiente amor de las almas, te suplicamos por la agonía de tu Sagrado Corazón y por los dolores de tu amada Madre, que laves con vuestra Sangre a todos los pecadores de la Tierra, que están ahora en la agonía y tienen hoy que morir. Amén.

Indulgencias: 100 días de indulgencia por cada vez. Plenaria una vez al mes, pero se debe repetir 3 veces al día durante todo el mes. Para ganar plenaria, confesión, comunión, visitar una Iglesia, rezar por las intenciones del Papa. Estas indulgencias pueden se aplicadas a las almas del Purgatorio.

Pidan, pidan por los agonizantes, son sus hermanos en Jesucristo, son quizás vuestros parientes, amigos, bienhechores.... (*)

Pidan, pidan por los agonizantes, y harán lo mismo que hizo Jesucristo; salvar almas....

Pidan, pidan por los agonizantes, si lo hacen, un día se pedirá por ustedes cuando estén en agonía.

(*) Recuerden que Jesucristo está en un Eterno Presente, y ustedes pueden estar pidiendo por los agonizante de hoy, pero también por los del pasado o del futuro.

Me uno espiritualmente al Ejército de Nuestro Señor Jesucristo, al Coro de Arcángeles y ángeles y a todas las huestes celestiales, a todas las oraciones hechas por todos los santos, hechas desde el comienzo del tiempo, a las oraciones de las almas del Purgatorio y las de toda la Iglesia Militante.

    Devoción al Corazón agonizante de Jesús

 relacionada con los moribundos en todo el mundo

Esta devoción tiene por objeto, primero honrar al Sagrado Corazón de Jesús, que toda la vida, pero particularmente durante la pasión padeció grandes penas interiores por la salvación de las almas. En segundo lugar, conseguir por los méritos de esta larga agonía, una buena muerte a las noventa y dos mil personas, poco más o menos, que mueren cada día en todo el mundo.

Por los agonizantes del día, es decir por todos los que han de morir en las 24 horas del día.

Oh misericordioso Jesús, abrasado en ardiente amor de las almas, te suplicamos por las agonías de vuestro sacratísimo Corazón y por los dolores de vuestra Inmaculada Madre, que lavéis con vuestra Sangre a todos los pecadores de la Tierra, que están ahora en la agonía y tienen hoy que morir. Amén.

Están concedidos 100 días de indulgencia por cada vez que se rece esta oración e indulgencia plenaria cada mes, siempre que en todo él se repita tres veces al día en distinta hora.

Para ganar la indulgencia plenaria, es necesario confesarse y comulgar, visitar una iglesia y rogar al Señor por la intención del Papa.

Estas indulgencias son aplicables a las ánimas del Purgatorio. (Pío IX, 1850).