Dios Padre
Mi amor protegerá a todos los que están en vuestras oraciones
Temas:
Cuando vosotros oráis, debéis orar en profundidad en vuestro corazón, sin distracciones, lentamente, saboreando cada frase, bendiciendo cada frase.
Mucha maldad cundirá sobre los pueblos, pero no temáis, Mis pequeños, que Yo he de proteger a los Míos.
Ciertamente, a veces los padres cometen el error grave de obligarles a los hijos a Amarme. El amor no se obliga.
Quiero sacar todo lo malo, lo feo, lo sucio que está alrededor de todo lo que bello que he creado para vosotros, que he creado para Mis verdaderos hijos.
Lo que voy a permitir en la purificación que se os avecina ya, será para llevaros nuevamente a Mi Paraíso, al Paraíso del Principio que Yo creé para vosotros.
Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo
Sobre: Cuando vosotros oráis, debéis orar en profundidad en vuestro corazón, sin distracciones, lentamente, saboreando cada frase, bendiciendo cada frase.
Hijitos Míos, cuando Yo oraba, cuando estuve en la Tierra junto con vosotros, porque Mi Presencia está todavía entre vosotros, Mi oración iba dirigida directamente al Corazón de Mi Padre y Él Me escuchaba, porque Yo existía para Él, vivía para Él, trabajaba para Él, todo era para Él y así debierais estar vosotros, Mis pequeños, viviendo enteramente para Mi Padre, que es vuestro Padre.
Sí, Él se da por vosotros, es más, Me dio a Mí para vosotros, para vuestra salvación, vosotros os debéis dar plenamente a Él.
Cuando vosotros oráis, debéis orar en profundidad en vuestro corazón, sin distracciones, lentamente, saboreando cada frase, bendiciendo cada frase. Las oraciones que vosotros hacéis, son rezos que también tienen mucho poder y también las debéis hacer pausadamente, entendiendo perfectamente lo que estáis haciendo, porque las frases y palabras que vosotros decís, ya sea en vuestra mente, en vuestro corazón o con vuestra boca, siempre van a producir un Bien cuando son buenas, o un mal cuando son malas y por eso, vosotros debéis estar conscientes, muy conscientes de ello, para que cuidéis vuestros pensamientos y, aún vuestros labios, para que no salga algo de vosotros que pueda afectar a otras almas. De vosotros debe salir amor en toda situación, en palabras, obras, pensamientos.
Vosotros estáis Conmigo y eso es lo que debéis dar a vuestros hermanos, Mi Presencia a ellos.
Vuestra oración, que es vuestra conversación Conmigo, la debéis hacer íntimamente, como la hacéis con un ser querido. A un ser querido no le habláis rápido, ni os distraéis cuando le estáis hablando, porque estáis esperando ver sus reacciones, tanto de palabras como de obras, a la plática que le estáis haciendo.
Tenéis frente a vosotros a esa persona querida y estáis tratando de ver sus reacciones o escuchar sus respuestas a lo que vosotros le estáis diciendo, pues eso también debe suceder con Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad. Debéis aprender a medir vuestras palabras, a escoger perfectamente las frases amorosas que salgan de vuestro corazón, estáis ante vuestro Dios y todo lo que Le deis, se lo debéis dar de la mejor forma, con un respeto inmenso, con un amor que no tenga igual.
Si en la Tierra, para quedar bien con alguien a quien vosotros queréis, buscáis las mejores palabras y la mejor forma de comportaros para que tenga una impresión agradable de vosotros esa persona, con qué mayor razón os debéis comportar con Nuestro Dios, el Creador del universo, el que os dio la vida, el que os da todo para vuestro cuerpo y para vuestra alma. Ciertamente que habéis perdido el respeto a vuestro Dios, no Le amáis como debéis, ya no pedís, sino exigís, no agradecéis lo que se os da. Os comportáis peor que niños, porque ya razonáis y siempre queréis otras cosas y no lo que se os da, porque no aceptáis que se haga Nuestra Voluntad en vuestra vida.
Vais por caminos errados, Mis pequeños, si hubiera más humildad en vuestro ser, si hubiera más humildad en vuestro corazón y actuarais con Sabiduría Divina, vuestra vida cambiaría y vosotros ayudaríais a muchos a que también cambiaran, porque seríais un gran ejemplo ante vuestros hermanos, seríais como santos, porque eso es lo que es un santo, es un hermano vuestro que ama infinitamente a su Dios, que Nos ama a Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad, que se da por completo y acepta con docilidad lo que Nosotros queramos hacer en él.
Ciertamente os falta mucho para que alcancéis niveles más altos de espiritualidad, y los llegaréis a alcanzar, Mis pequeños, si os mantenéis en esa idea de alcanzar vuestra perfección, pero debéis también aprender a venceros a vosotros mismos y no actuar en una forma desordenada, grosera, sin respeto, sin amor.
Cuando aprendáis a respetar, primeramente, vuestra persona y, luego, respetar a vuestros hermanos, aprenderéis que vuestro Dios requiere mucho más que ello.
Creced pues, Mis pequeños, en amor para que podáis aprender a respetar a vuestro Dios y luego a vuestros hermanos. Todos vosotros sois perfeccionables porque, si os sintierais perfectos, caeríais inmediatamente de Nuestra Gracia, porque aquél que se siente perfecto se aparta de la Verdad y ya no la busca.
Sois muy pequeños, Mis hijitos y debéis buscar esa perfección dentro de la humildad, para que gocéis todo lo que se os ha dado. Son regalos de Nuestro Corazón hacia vosotros.
Pedid, Mis pequeños, que seáis iluminados por Mi Santo Espíritu, para que os deis cuenta de tantas bondades, regalos, Bendiciones, dones, que habéis recibido a lo largo de vuestra vida y que, quizá, vosotros no os dais cuenta de ello, ni lo apreciáis, por estar tan distraídos en vuestras cosas.
Nadie os puede dar lo que Nosotros, en Nuestra Santísima Trinidad os podemos dar, pero debéis estar atentos a vuestras necesidades y esto solamente lo apreciaréis viviendo en humildad. Siendo humildes, Mis pequeños, creceréis a niveles muy altos y mientras más os humilléis, más grandes seréis ante Mis Ojos.
Las almas soberbias tratan de competir Conmigo, con vuestro Dios y vosotros no sois nada para tratar de competir Conmigo, que Soy vuestro Creador, vuestro Dios, vuestro Todo, por eso, manteneos pequeñitos, necesitados de Mí, para que Yo os pueda estar consintiendo constantemente.
Os amo, Mis pequeños, y llenaos de Mi Amor, para que podáis empezar a alcanzar esa Sabiduría y Perfección a la que todos estáis llamados, pero que no muchos quieren trabajar por ello.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Mucha maldad cundirá sobre los pueblos, pero no temáis, Mis pequeños, que Yo he de proteger a los Míos.
Hijitos Míos, Mi Amor, es vuestro alimento, Mi Amor es vuestra vida, Mi Amor debe ser lo primero en vuestra vida. Mi Hijo vino a la Tierra como Maestro, Maestro del Amor, para que vosotros Lo conocierais cómo es realmente.
La gente de ese tiempo tenía las Escrituras, el Antiguo Testamento, Mi Presencia en todo lo que se les dio para que se comportaran como hermanos, pero pocos tuvieron acceso a ello, puesto que sus mismos dirigentes manipulaban esta Enseñanza que Yo, vuestro Padre y vuestro Dios les daba. Por eso mandé a Mi Hijo y, así, en lo Personal y encarándolos, Él pudo explicar a los hombres, de ese tiempo, lo que realmente quería Yo, vuestro Dios. Ciertamente esto Le costó la Vida, porque no quisieron aceptar la realidad de lo que significa el Amor Divino, porque estar en Mi Amor es vivir en donación, es servir al hermano, es perder todo, hasta la propia vida por salvar al hermano necesitado, tanto de cuerpo como de alma.
Él vino a enseñar algo muy diferente de lo que estaban enseñando los escribas y fariseos a su pueblo y, según ellos, amparados en las Sagradas Escrituras.
El Amor, Mis pequeños, lo es todo, vosotros ahora tenéis las Enseñanzas de Mi Hijo, que son Mis Propias Enseñanzas. Os vino a dar Mi Corazón, Mi Amoroso Corazón a vosotros, para que vosotros entendierais lo que es el Amor de un Padre, pero de un verdadero Padre hacia Sus hijos. Pero preferís, y prefirieron en ese momento, más las cosas del mundo, seguir manipulando a su pueblo y no dejarlo vivir realmente con lo que Yo, vuestro Dios os daba.
Los dirigentes del pueblo judío tenían esclavizado a su pueblo, lo manipulaban, y siempre respaldándose en que eran las Escrituras las que decían esto o aquello y que aquél que se pusiera en contra de las Escrituras, merecía la muerte y, así, atemorizado el pueblo, no podían hacer nada y por eso Mi Hijo los vino a liberar de esa carga tremenda que les habían impuesto los jefes del pueblo que actuaban a su conveniencia y no llevando Mi Amor hacia ellos.
Ahora la humanidad entera está padeciendo lo mismo. Ahora son los gobiernos los que están siendo manipulados por esos mismos jefes de Mi antiguo pueblo, llevan a los pueblos a hacer lo que ellos quieren y les coartan su libertad, les manipulan y les quitan sus bienes.
Estáis entrando a momentos difíciles, en donde esta esclavitud se mostrará todavía más clara y más grave sobre todos vosotros. Se atacará al que es bueno, al que no quiere aceptar la maldad, a aquél que no busca vivir en la injusticia, a aquél que quiere verdaderamente amar al hermano.
Mis pequeños, así como mandé a Mi Hijo para la salvación del pueblo, os he de mandar también ahora Mi Amor y Mi Amor vencerá a la maldad de Satanás y de sus esbirros.
Manteneos pues en las Enseñanzas de Mi Hijo, llenad vuestro corazón con Mi Amor, con el Amor con el que predicó Mi Hijo y así será difícil que vosotros os salgáis de Mi Voluntad, como ellos ya se han salido. Vosotros seréis protegidos, porque estáis Conmigo, ellos se tendrán que cuidar de los acontecimientos porque no estarán protegidos por Mi Amor, porque no lo desean así, hicieron pacto con Satanás y Satanás pedirá su cabeza.
Orad por ellos, recuperadme almas, vivid totalmente sueltos para Mi Amor y Mi Amor protegerá a todos aquellos que estén en vuestras oraciones y en vuestros deseos de salvación.
No desperdiciéis ya el tiempo, no os dejéis llevar por falsas ideologías ni falsas apreciaciones que se darán entre vosotros. Pedid que Mi Santo Espíritu os ilumine y os llene de Mi Verdad. Mucha mentira se ha desatado entre los hombres, mucha maldad cundirá sobre los pueblos, pero no temáis, Mis pequeños, que Yo he de proteger a los Míos.
Así pues, vosotros, los que estáis Conmigo, proteged a vuestros hermanos. Os bendigo, Mis pequeños y vosotros, bendecid a vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Ciertamente, a veces los padres cometen el error grave de obligarles a los hijos a amarme. El amor no se obliga.
Hijitos Míos, Yo Me mantengo en el alma de Mis hijos todo el tiempo, pero queda del hombre el que Mi Presencia dé fruto en su vida o Me mantenga ahí, sin aprovecharme a lo largo de su existencia.
Ciertamente os digo que es un grave error del hombre, que el estando Yo, realmente Presente, en vuestro interior, no Me aprovechéis. Yo, vuestro Dios, que os creé, os puedo dar el conocimiento de cuanto existe, si es así Mi deseo, pero vosotros no Me lo pedís y preferís buscar conocimiento humano o conocimiento satánico antes que buscar lo Mío.
A esto Me refiero, Mis pequeños, de cómo el hombre desperdicia su vida, de como el hombre es tonto por no saber apreciar el gran tesoro que Soy Yo, vuestro Dios. Preferís invertir vuestro tiempo, que es Mi tiempo, en cosas vanas, en cosas que no os van a llevar a un conocimiento espiritual sublime, que luego añoraréis y lloraréis por no haberlo tomado cuando pudisteis haberlo tomado, porque preferisteis otro conocimiento que os iba a degradar, en vez de llevaros hacia Mí, para que se pudiera decir que sois hijos de Dios, al tomar lo que es Mío y que os dio Mi Hijo. Cuando vivís en el error, obviamente cometéis muchos errores y, a veces, muy graves, tanto en vuestra vida, como en la vida de aquellos que os rodean, porque si no estáis llenos de Mi Vida, de Mi Sabiduría, de las Enseñanzas que os dio Mi Hijo, no podéis vivir en la Verdad, en lo correcto, porque no queréis tener lo Mío en vuestra vida. Tontamente os habéis cansado de escuchar sobre Mí y por eso no buscáis lo Mío.
Ciertamente, a veces los padres cometen el error grave de obligarles a los hijos a amarme. El amor no se obliga, el amor tiene que salir libre de vuestro corazón, el amor siempre os va a dar libertad, el amor verdadero nunca os va a esclavizar. Pero vosotros preferís lo que es malo, lo que os aprisiona, lo que no os deja mover libremente y esto, obviamente, viene de Satanás, porque él os quita vuestra libertad, os presiona, destruye vuestro libre albedrío y no actuáis con Sabiduría.
¡Cuánto error hay en el mundo! y vosotros lo habéis propiciado, porque si hubierais recibido de parte de vuestros padres una educación correcta en Mi Amor y en Mis Enseñanzas, y vosotros las siguierais de corazón y con respeto, vuestra vida sería muy diferente, seríais un ejemplo grande ante vuestros hermanos, un ejemplo a seguir por vuestras virtudes y así, vuestros hijos, amistades, gente que conviviera con vosotros, les moveríais su corazón y su forma de ser para que fueran como vosotros, porque seríais un ejemplo santo a seguir.
No habéis querido ser así, no habéis querido ser santos ante Mis Ojos y, por consiguiente, tampoco a los ojos de vuestros hermanos. Entonces, si no habéis transmitido bondad, amor, respeto ¿cómo queréis exigir a vuestros hermanos, a vuestro alrededor, que os los den, cuando vosotros no los habéis dado?
Llenaos pues de Mi Bien y llenad el corazón de vuestros hermanos. Nunca es tarde, Mis pequeños, el amor siempre tiene cabida en el corazón de los hombres. Podéis haber vivido toda una vida de maldad, de desprecio, aún de golpes de aquellos que os criaron o que están a vuestro alrededor. En vuestro corazón, ha crecido el odio y la maldad hacia ellos, pero tan pronto tenéis contacto con el amor, cambiáis, porque Yo vengo a reinar en aquellos corazones que aceptan Mi Amor y lo quieren hacer vida. El Amor verdadero, sano y santo, siempre va a producir mucho fruto. No importa lo que haya pasado en vuestra vida, transmitidlo, pero primero aceptadlo totalmente en vuestro ser.
Por eso Mi Hijo os dijo que amarais aun a aquellos que os hicieran el mal, porque quizá sean esos hermanos vuestros que han sido atacados toda su vida, que han sido menospreciados, que no han sido amados y no conocen lo que es el amor. Por eso, si respondéis con un mal hacia ellos, solamente haréis que ese odio, que ya tienen en su corazón, se engrandezca y entonces no estaréis ayudando a esas almas a que lleguen a Mí. Si vosotros respondéis con amor, conocerán el amor, conocerán que Yo existo, porque vosotros Me mostraréis a ellos y, de esta forma, vuestros hermanos tendrán la oportunidad de conocer Mi Amor y podrán buscar cómo llegar al Reino del Amor que tanto os he prometido.
Ayudad pues a vuestros hermanos que tienen un corazón afectado por el mal de Satanás, mostradles lo que es Mi Amor y de esta forma, Me ganaréis esas almas para la eternidad.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Quiero sacar todo lo malo, lo feo, lo sucio que está alrededor de todo lo que bello que he creado para vosotros, que he creado para Mis verdaderos hijos.
Hijitos Míos, Soy vuestro Padre y vuestro Dios y Mi Presencia Divina está ante vosotros. Mis pequeños, os he ido cuidando y os he ayudado a crecer en Mi Amor.
Cuando sois pequeñitos, vais aprendiendo a conocer muchas cosas del mundo. Para eso vais a la escuela y vuestros padres os enseñan de tantas cosas bonitas que hay a vuestro alrededor. Ciertamente, vuestros padres os enseñaron cosas bellas. A veces se detenían ante una flor, os explicaban sobre los colores, aromas, su belleza y así iban haciendo con cada cosa, Mis pequeños. Veíais las nubes, os explicaban lo que eran, os enseñaban el sol, la luna y las estrellas, los sonidos, la música, los animalitos, su belleza, todo esto os lo iban explicando. Os abrieron un mundo nuevo y así fuisteis creciendo, llenando vuestro corazón y vuestra mente de cosas bellas.
Yo también, como Padre, os he ido enseñando las cosas bellas del alma. Os he ayudado a crecer en el Amor, os he enseñado tantas cosas que vosotros, ni siquiera imaginabais que pudieran existir. A lo que voy con todo esto, Mis pequeños, es que tanto vuestros padres, como Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, cuando sois pequeñitos, os hemos enseñado a que gocéis las cosas bellas que tenéis a vuestro alrededor. Ahora os pregunto ¿por qué ya estando mayores en edad, nada más estáis buscando lo feo, lo malo, lo sucio que hay a vuestro alrededor, cuando habéis aprendido desde pequeñitos a ver tanta belleza?
Yo quiero, Mis pequeños que sigáis en esa línea, llenándoos de bellezas de las que Yo os he dado, que hay a vuestro alrededor, tanto de la naturaleza, de todo lo que hay en vuestro mundo y de lo que hay en el universo entero. Esto en lo físico, en lo que podéis ver y tocar, pero también en lo espiritual, tanto bien que he hecho a vuestras almas y que tenéis en lo espiritual, un universo infinito, al que también debéis buscar y pedirme a Mí, vuestro Dios, que os lo explique y os lo enseñe.
No desperdiciéis pues vuestro tiempo buscando, entre todo lo bello que Yo os he dado, solamente las cosas malas, las cosas nocivas, aquello que os puede destruir, tanto de cuerpo como de alma.
Os he dicho que los acontecimientos de la purificación se tienen que dar, y eso es, purificación. Quiero sacar todo lo malo, lo feo, lo sucio que está alrededor de todo lo que bello que he creado para vosotros, que he creado para Mis verdaderos hijos, que ellos sí saben apreciar lo bello, aun a pesar de lo malo que se ha tratado de mezclar dentro de lo bueno que Yo os doy.
Llevad a vuestros hermanos lo positivo que debe haber en vuestro corazón, que es todo lo Mío y lo que os he explicado, y no le llenéis de maldad, de temores, de dudas a su corazón, cuando hay muchísimo más bien alrededor de vosotros, que el mal que Satanás os quiere hacer para que os equivoquéis y os atemoricéis. Por eso os hablo tanto de Mi Amor, porque si estáis llenos de Mi amor, nada os puede dañar y estaréis realmente viviendo de acuerdo a lo que Yo quise hacer desde un Principio en la Creación, que vivierais bajo Mi Amor en todo lo creado.
Todo fue hecho en el Amor y vosotros debéis mantener ese Amor en vuestra vida y en la de los vuestros.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Lo que voy a permitir en la purificación que se os avecina ya, será para llevaros nuevamente a Mi Paraíso, al Paraíso del Principio que Yo creé para vosotros.
Hijitos Míos, si cuando sois pequeños vosotros no estáis elucubrando en vuestro futuro, futuro tierno, futuro pequeño, porque estáis todavía en familia y sois muy pequeñitos, si no estáis pensando en qué pasará al siguiente día, si tendréis qué comer o no, si tendréis hogar que os cubra o no, ¿entonces por qué elucubráis ahora, Mis pequeños, cuando estáis Conmigo, con vuestro Dios y que vosotros sois Mi familia? Vosotros habéis aceptado ser Mis pequeños, Mis hijos y Yo Soy vuestro Padre y vuestro Dios.
Ciertamente vuestros padres terrenos, no tienen el poder que tengo Yo, ellos no son dioses, ellos no tienen Mi Omnipotencia, no tienen Mi Sabiduría, no tienen Mi Amor. ¿Entonces por qué no confiáis en lo que Yo os voy a dar y hacéis lo que debéis hacer de acuerdo a vuestra misión?
Mis pequeños, sois todavía niñitos que no habéis crecido, no tenéis la suficiente Sabiduría y las suficientes capacidades para llevar una vida correcta y, lo estáis demostrando. Ved cómo está vuestro mundo, cuánto error y maldad hay en él, cómo os habéis corrompido cada uno de vosotros, en menor o mayor grado. ¿Acaso podéis hablar de que ya sois maduros y que podéis llevar el mundo que os di por caminos correctos, y aun vuestra propia vida? No, Mis pequeños, habéis demostrado ya otra cosa, no sois capaces de hacer lo correcto y por eso tengo que tomar ya el mando de todo lo que está sucediendo en el mundo, porque echasteis a perder todo lo que Yo, con todo Mi Corazón, creé para vuestro bien.
Os dejasteis engañar por Satanás, a quien le debisteis de haber dado la espalda, porque os llevaba hacia el mal, os engañaba y os ponía en contra Mía.
¿Veis cómo no sois lo suficientemente maduros? Debisteis aceptar el Bien en vuestra vida, el Bien que se os enseñó, el Bien que vivisteis con Mi Hijo y no quisisteis hacer eso. Preferisteis el mal y así el mal os llevó a destruir todo lo bello que Yo creé para vosotros. Os llenasteis de soberbia, porque a eso os llevó el mal, os hizo creer que erais autosuficientes y que al hacerle caso a él, podríais llegar a ser como dioses. Y ved ahora vuestra realidad, os peleáis los unos con los otros, os matáis, robáis los bienes de vuestros hermanos, no os respetáis como hermanos que sois, hijos Míos. La misma naturaleza ha quedado doblegada a vosotros y la habéis destruido en lugar de haberla engrandecido para que os siguiera cuidando.
Estáis viendo las cosas negativas que vosotros cultivasteis dentro de vosotros y las estáis viendo ahora palpables a vuestro alrededor y en vosotros mismos.
Os repito, hicisteis a un lado Mi Bien y Mi Perfección y os encaminasteis por caminos por donde os llevó Satanás para vuestra propia destrucción y la de los vuestros. Se os dieron capacidades ilimitadas, pero no las quisisteis aprovechar para el Bien y así, a aquellos hermanos vuestros a quienes se les dio capacidades inmensas para cuidar al género humano, utilizaron esas capacidades para la destrucción. Podríais estar viviendo un Paraíso, que era lo que Yo quería para todos vosotros, y os dedicasteis a destruir lo que Mi Amor creó para vuestro Bien.
Y ahora venís a Mí a reclamarme que todo está mal a vuestro alrededor, cuando vosotros y vuestros hermanos habéis sido los culpables de toda esta destrucción y la degradación de todo el género humano.
Por eso tengo que detener ya todo esto, porque si permito que Satanás siga moviendo vuestras vidas y vuestro futuro, os destruiréis los unos a los otros y destruiréis vuestro mundo.
Entended, Mis pequeños, que lo que voy a permitir en la purificación que se os avecina ya, será para llevaros nuevamente a Mi Paraíso, al Paraíso del Principio que Yo creé para vosotros y vosotros deberéis poner de vuestra parte, para que enmendéis el camino y que os llenéis de perfección, para que no echéis a perder nuevamente todas las bellezas que Yo os he dado, tanto en lo visible y lo invisible, en vuestro mundo y en el universo entero.
Dejad pues, Mis pequeños, que ahora Yo habite ya en vuestro ser plenamente, para que actuéis correctamente en vuestra vida y no os llenéis del mal en el que estáis ahora y que os ha destruido.
Si sois honestos con vosotros mismos, aceptaréis esta reprimenda que os estoy dando, que os la merecéis y que debéis pedir perdón por haber destruido todo Mi Bien.
Gracias, Mis pequeños.
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