DIOS PADRE
¿QUÉ ES SABER AMAR?
Rosario
vespertino
Temas:
Os he dicho que el tiempo se ha terminado. No queréis entender y espero y sigo
esperando, para ver cuántas almas más se han de salvar.
¿Cuántas almas más se tienen que perder porque no estáis actuando como Yo
quisiera, Mis pequeños, los que estáis Conmigo y Me seguís?
Pedidle a Mi Santo Espíritu que os guíe por caminos, en los cuales, Satanás no
puede entrar, en caminos donde no puede destruir vuestra espiritualidad.
Mi Corazón, Mis pequeños, es refugio seguro en estos tiempos contra las fuerzas
de Satanás.
La pequeñez a la cual todos vosotros debéis añorar y buscar, es la de las almas
humildes, sencillas, pero Satanás se ha encargado de que busquéis el ser
poderosos en el mundo.
Mensaje de Dios Padre y La Santísima Virgen María a J. V. (21 de Enero de
2014)
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os he dicho que el tiempo se ha terminado. No queréis entender y
espero y sigo esperando, para ver cuántas almas más se han de salvar.
Hijitos Míos, Yo Soy un Dios Justo y le doy a cada quien lo que merecen sus
actos. Mis pequeños, tenéis que daros cuenta de que vuestra principal función
aquí en la Tierra, era precisamente la salvación de las almas. No vinisteis
casualmente, vuestra estancia en la Tierra está dentro de Mi Voluntad y cada uno
de vosotros está cumpliendo Mi Voluntad o, más bien podría decir y debo decir,
que espero que estuvierais cumpliendo Mi Voluntad y cumpliendo la misión que Yo
os encomendé desde el Reino de los Cielos.
¡Cuánto tiempo habéis desperdiciado para cumplir lo que Yo os encomendé!
Algunos, simplemente Me rechazáis en totalidad y no queréis saber de Mí. Otros
no queréis aceptar lo que Yo os estoy dando alrededor del mundo, para preveniros
de los acontecimientos de la Purificación que se tienen que dar, pero teméis a
enfrentaros a esta realidad y preferís negar todo lo que Yo os estoy anunciando.
Debéis considerar algo muy importante, Mis pequeños, se os ha venido anunciando
la Purificación, de muchos años para acá, para que os fuerais preparando porque,
ciertamente, muchos de vosotros no queréis
enfrentar lo que os he anunciado que vendrá. Me
tomo Mi tiempo y espero, y espero con ansia el que vosotros entendáis que la
forma en que estáis viviendo no es la correcta para un hijo de Dios, que sois
cada uno de vosotros. La maldad que hay en vuestro corazón, día a día la
aviváis.
Cada vez os apartáis más de la Verdad y de la perfección espiritual. Veis a
vuestro alrededor, cómo todo decae, especialmente la vida de la Gracia, vuestra
espiritualidad, vuestra hermandad. Os atacáis los unos a los otros, no estáis
viviendo como se vive en el Cielo y, esto os lo enseñó Mi Hijo Jesucristo.
¿Hasta cuándo entenderéis, Mis pequeños, que ya estáis sobre el tiempo? Y, os he
dicho que el tiempo se ha terminado. No queréis entender y espero y sigo
esperando, para ver cuántas almas más se han de salvar.
La maldad os persigue, porque no quiere vuestra salvación y, ¿qué hacéis
vosotros?, ¡nada! Os estáis dando real cuenta de lo que está sucediendo y
vosotros no hacéis nada para luchar contra la maldad y manteneros vosotros y los
vuestros, buscando la pureza y la santidad.
Soy un Dios Justo y cada quien tendrá su premio o su castigo. Entrad en vuestro
corazón y conoceréis vuestra realidad, porque Yo os la mostraré y, cuando la
sepáis, ¿qué haréis al respecto, Mis pequeños? ¿Realmente os arrepentiréis y
enmendaréis el camino? u ¿os dará igual y no os importará lo que Yo os mostraré
de vuestro interior y de lo que os ganaríais por vuestros actos pasados?
Sigo esperando vuestro cambio, pero ya no es mucho el tiempo que os queda,
recordad que hace algunos años ya os había dicho que todo iba a ir de mal en
peor, a menos de que hubiera un cambio radical en vuestra vida y todo se
renovaría pero, vosotros, los que estáis Conmigo, os dais plena cuenta de que
vuestros hermanos no hacen nada al respecto. Mi Gracia se está derramando, pero
prácticamente nadie la toma.
El cambio ya lo estáis teniendo, Mis pequeños, pero, ciertamente, vendrán
momentos de lágrimas y de dolor.
Vosotros podéis lograr el cambio. Os pregunto
¿Pondréis de vuestra parte, para que Yo detenga los castigos de la purificación?
o no os importará lo que suceda y os seguiréis viendo a
vosotros mismos pero, con ello, también veréis vuestro castigo.
¡Qué testarudos sois, Mis pequeños! Os busco, os vuelvo a buscar, os aviso de
futuros acontecimientos y no os importa. Yo ya he hecho Mi parte, como Padre
vuestro que Soy y con Mi Hijo Salvador de todo el género humano, pero vosotros,
¿qué habéis hecho?
Os envío la Luz de Mi Santo Espíritu para que os ilumine, para que entendáis la
situación que estáis viviendo a nivel mundial, que recapacitéis
y
que os deis cuenta de que vuestra Purificación Mundial y Universal está pronta a
desatarse. Esto solamente es el preámbulo.
Os pido recapacitéis, para que podáis detener acontecimientos muy fuertes que se
recordarán por muchos años por venir.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¿Cuántas almas más se tienen que perder porque no estáis actuando como
Yo quisiera, Mis pequeños, los que estáis Conmigo y Me seguís?
Hijitos Míos, Purificación significa eliminación de aquello que no está bien. Si
pusiera de ejemplo alguna otra cosa de las que suceden en vuestro mundo y
vierais que se están llevando a cabo situaciones negativas y malas y se os
hablara de que, con una purificación, eliminaríais el mal que os está afectando
a muchos, estaríais felices, es más, apoyaríais a que se diera esa purificación,
para que vivierais en paz, en armonía, todo cambiado, nuevamente.
Con esto, Mis pequeños, os quiero hacer una comparación de lo que tendréis, no
solamente a nivel Mundial, sino Universal, aunque por ahora sólo veréis vuestra
propia Purificación Mundial.
Mucho mal se debate a vuestro alrededor, no podéis vivir así, Mis pequeños. Esto
provoca muchas repercusiones negativas, y os atemorizáis. Al Yo detener todo
esto, con la Purificación que se tiene que venir, os empezaréis a dar cuenta
plena de cómo os amo. Ciertamente, cuando nacisteis, ya había maldad en el
mundo. Los cambios que se tienen que venir, serán para un bienestar en el cual
vosotros os desarrollaréis espiritualmente a niveles muy altos, Mis pequeños.
Cuando nacisteis, el mal ya estaba muy avanzado, no estáis viviendo y gozando de
lo que Yo quisiera que gozarais.
Entended que lo que se tiene que dar, será para vuestro bien pero, no
necesariamente se tienen que perder las almas y, para eso, estáis vosotros en
estos tiempos. Recordad que un alma donada a Mí, puede hacer grandes cosas por
sus hermanos.
Sois pocos, os he dicho, pocos los que estáis Conmigo en estos tiempos, pero si
entendéis vuestra posición espiritual y de que Yo Me estoy valiendo de cada uno
de vosotros para la salvación de muchos de vuestros hermanos, vosotros deberéis
mejoraros y no desperdiciar vuestro tiempo porque muchas almas dependen de
vosotros para ser salvadas.
Esto os lo digo muchas veces, Mis pequeños, os lo repito, porque hay muchísimas
almas que necesitan ser salvadas, porque muchísimas más se están condenando.
Ciertamente, muchos de vosotros estáis Conmigo, pero ¿en qué grado? No os estáis
donado plenamente, estáis Conmigo, pero a la vez, alejados también de Mí. Me
buscáis, pero también os distraéis con el Mundo.
Pedidme que os tome para que podáis servirme plenamente como instrumentos de
cambio que debéis ser. ¿Cuántas almas más se tienen que perder porque no estáis
actuando como Yo quisiera, Mis pequeños, los que estáis Conmigo y Me seguís?
Con esto que os digo quiero que os deis cuenta de la realidad espiritual que se
está viviendo en todos los pueblos de la Tierra y en el Universo entero.
Cada pueblo de la Tierra tiene diferente tipo de espiritualidad de acuerdo a su
historia pasada. Cada pueblo actúa diferente ante los acontecimientos
particulares que Yo permito se vayan dando, pero pocos son los que voltean a Mí,
pocos son los que piden Mi ayuda y menos aún son aquellos que se arrepienten de
su pasado de error y de pecado.
¿Qué esperáis pues, Mis pequeños para hacer un cambio radical en vuestra vida,
aunque sea ya en estos últimos momentos, antes de que llegue vuestro momento, en
el que ya no podréis hacer nada por vuestra alma?
Aquél que vive mal, necesariamente terminará mal, pero Mi Gracia todavía les
puede ayudar y vosotros, los que estáis Conmigo, no debéis ser jueces en ningún
momento. Un alma, aún en su peor estado, puede alcanzar su salvación eterna,
pero tienen que haber almas que oren por ellas.
Ese es el valor de la oración, Mis pequeños, que tanto os he pedido. Poneos
vosotros mismos en el lugar de aquellos que viven alejados de Mí, en pecado y
cometiendo muchas maldades. Muchas de ellas son almas desesperadas, que no sabe
qué hacer, a dónde ir, cómo salvarse, qué camino tomar. Si estuvierais en su
lugar, ¿qué haríais, Mis pequeños? Adelantaos, pues, y ayudadles, sin juzgar, ni
preguntar, simplemente,
pedid por las almas necesitadas que, alejadas de Mí, están y que necesitan su
salvación eterna.
De estas almas, hay muchísimas, por eso, vuestra oración tiene que ser continua.
Ayudadles pues en su salvación eterna, ellas están desesperadas, no saben a
dónde ir ni a quién acudir, vosotros estáis conociendo su realidad, porque Yo os
la he mostrado, ayudadles, ayudadles en su salvación eterna, eso es ser hermano,
esa es la calidad espiritual que os vino a enseñar Mi Hijo Jesucristo,
adelantaos a salvar a aquellas almas que no saben cómo pedir por su propia
salvación.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Pedidle a Mi Santo Espíritu que os guíe por caminos, en los cuales,
Satanás no puede entrar, en caminos donde no puede destruir vuestra
espiritualidad.
Hijitos Míos, si vosotros vierais lo que es el alma y el estado en el que está,
lloraríais, lloraríais de pena. Vuestra alma es un regalo muy grande que Yo os
he dado y, al ser parte de Mí, necesariamente tiene que ser bellísima. Cuando
vosotros no le cuidáis, se vuelve horrible.
Mis pequeños, ese regalo tan grande que Yo os doy, lo habéis desperdiciado. El
alma tiene capacidades increíbles, bellísimas, altísimas. Vosotros no le habéis
sacado todo el provecho que le debéis sacar a vuestra alma.
Al vivir en el mundo y para el mundo, limitáis las capacidades de vuestra alma,
dejáis vivir solamente a vuestro cuerpo y, vuestra alma, que es lo más bello y
poderoso que tenéis, ni caso le hacéis, es más, vuestro cuerpo depende
totalmente del estado de vuestra alma. Cuando vuestra alma se encuentra bien, se
encuentra llena de Mí, vuestro cuerpo es diferente a cuando vuestra alma está
llena de pecado y de maldad.
No habéis aprendido a cuidar vuestra alma, a llevarla hacia un estado altísimo
de espiritualidad.
Aquellas almas que han estado junto a almas santas, se asombran de su belleza,
de sus capacidades y dones espirituales, os asombráis de lo que esas almas
hacen, sin daros cuenta que vosotros mismos podríais hacer lo mismo o más.
Ciertamente, necesitáis vivir bajo ciertos lineamientos, que es lo que Yo os he
trazado a través de los Mandamientos y de la vida en la Gracia, que os enseñó Mi
Hijo Jesucristo. Queréis mucho, pedís muchas cosas, pero vuestra alma no está
capacitada para poder recibir lo que vosotros Me pedís, especialmente, por falta
de humildad. Queréis capacidades muy altas, sin dar gran cosa de vuestra parte,
pero, ya que solo queréis presumir ante vuestros hermanos.
Cuando estáis Conmigo, vuestra alma se llena de dones porque Yo os los regalo y
porque veo que vuestra alma está preparada para recibirlos pero, al recibirlos,
también, os volvéis servidores de vuestros hermanos, como Mi Hijo Jesucristo se
dio por vosotros.
Un alma que está Conmigo, es un alma humilde, un alma servidora, un alma que
sale en busca de la oveja perdida, lucha, persevera hasta que gana y le quita
esa presa a Satanás.
Un alma que se ha desviado y que pide a Satanás que le dé capacidades
sobrenaturales, se vuelve un alma presumida, mala, avasalladora, pide que los
demás le rindan culto y homenaje, no busca el bien de los demás ni el suyo
propio. Esa es la gran diferencia de las almas que son del Cielo a las almas que
son de Satanás. Unas, las que están Conmigo, buscan el bien de sus hermanos, aún
a pesar de un trabajo, a veces, exhaustivo para salvarles. Mientras, las otras,
las almas servidoras de Satanás, no les importa si están en situación de pecado
y condenación, no ven por el bien de sus hermanos, viven en el pecado y en la
maldad.
Mis pequeños, esto lo estáis viviendo ya en estos momentos a vuestro alrededor,
ciertamente, así ha vivido la humanidad, pero ahora lo veis cómo se va
acrecentando, como hace tiempo os dije que iba a suceder, que todo se iba a ir
de peor a peor y, lo estáis viendo ya, Mis pequeños. Ahora son muy pocas las
almas que Me buscan, mientras otras, muchas más, están viviendo para el mundo y
su maldad.
Buscadme pues, Mis pequeños, vosotros, los que estáis Conmigo, para que Yo os
proteja de los ataques de Satanás, que también se irán incrementando hacia
aquellas almas que están Conmigo, porque Satanás no quiere que ninguna alma se
salve.
Los ataques, como os digo, serán cada vez más fuertes, ¿estáis preparados para
ello? ¿Estáis abriendo vuestro corazón plenamente a Mi Gracia? ¿Os estáis
protegiendo con Mi Amor, con virtudes excelsas y heroicas?
Pedidle a Mi Santo Espíritu que os guíe por caminos, en los cuales, Satanás no
puede entrar, en caminos donde no puede destruir
vuestra espiritualidad. Esta Purificación es una
renovación, pero va a ser muy fuerte, Mis pequeños, preparaos pues para la
batalla espiritual que se está dando y que se incrementará. Pedid por aquellos
que no os creen, que no buscan un cambio personal, que no desean vivir para Mí,
para Mis Leyes y Mi Amor. Muchos de ellos se arrepentirán de no haberse
preparado cuando vean los ataques tan fuertes que se les vendrán. Ayudadles,
ayudadles, Mis pequeños, Yo estoy con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: Mi Corazón, Mis pequeños, es refugio seguro en estos tiempos contra
las fuerzas de Satanás.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, os traigo Mi Corazón. Mi Corazón, Mis
pequeños, es refugio seguro en estos tiempos contra las fuerzas de Satanás.
Sabéis que son momentos difíciles para todos vosotros, momentos de prueba
espiritual. Ciertamente, habéis tenido la Gracia de Nuestro Dios, todos
vosotros, toda la humanidad, pero pocos son los que la han aceptado, pocos los
que Lo buscan, pero estoy Yo aquí, Mis pequeños, para traer al rebaño de Mi
Hijo, a todas las almas. Todos vosotros sois hijos de Nuestro Padre Dios y todos
tenéis derecho a salvación pero, ciertamente, hay requisitos para la salvación
eterna y, el primero, es el Amor, el primero y el más importante, porque Nuestro
Padre y Nuestro Dios Es Amor.
Un alma que no ama, no puede estar junto a Nuestro Dios. Las almas que serán
salvadas, serán aquellas que han aprendido a amar, pero
¿qué es saber amar? Saber amar tiene muchas facetas: es el olvido de uno mismo y
primeramente es el darse en voluntad a Dios, Nuestro Creador, Él Se merece,
primeramente, todo nuestro amor, Él es Nuestro Dios, Él Nos ha creado, a Él Nos
debemos en totalidad. Nos debemos luego a toda la Creación.
Yo Soy vuestra Madre y Somos Familia, Nuestro Dios Nos ha dado un Hogar, que es
el Universo entero. Ciertamente, por el pecado, estáis limitados y, en estos
momentos, estáis detenidos en el Mundo, hasta que venga la transformación, por
la Purificación, por la que pasaréis
y, entonces, se os abrirán vuestras capacidades, para que
volváis a tener derecho al Universo entero.
Dios, Nuestro Padre Creador, es todo Amor. ¿Cómo os podríais presentar vosotros
ante Su Amor, si no habéis aprendido a amar a vuestros hermanos? El estar en la
Tierra, el haber convivido con vuestros hermanos,
os debe llevar a vivir el Amor Verdadero que os enseñó Mi
Hijo.
Ciertamente, la prueba es fuerte, es difícil, porque debéis aprender a amar aun
a pesar de lo adverso que es vuestro entorno, pero esa es una prueba grande,
fuerte y verdadera porque, al vivir Mi Esposo el Espíritu Santo, en vuestro
interior, Él os conoce perfectamente y, además de que os guía, también os va
preparando para vuestro Juicio ante Nuestro Padre y Nuestro Dios. Podréis dar
una cara externamente a vuestros hermanos y aparentar amor y respeto hacia ellos
pero, internamente, podréis estar viviendo otra situación, quizá de repudio o
deseando el mal a vuestros hermanos y ahí es donde Mi Esposo, el Santo Espíritu
de Amor, os conoce perfectamente y, así, no escapáis de vuestro verdadero Juicio
ante lo Ojos de Nuestro Dios.
Amar, verdaderamente, aún a pesar de que todo es adverso a vuestro alrededor,
ciertamente, se podría decir que es una tarea titánica, difícil, más no
imposible cuando contáis con la Gracia de Nuestro Dios. Por eso, pocas almas
quedarán después de la Purificación porque son pocas las que han aprendido a
amar y a darse por sus hermanos, aún a pesar de que no hayan recibido gran apoyo
de amor de parte de ellas.
Las almas, de este tiempo, pasarán una prueba más difícil que las de otros
tiempos, por el ataque tan fuerte de Satanás y porque se ha liberado su maldad
muchísimo más que en otras épocas pasadas porque os habéis alejado de la
oración, de la vida de la Gracia y de la vida en las Virtudes.
El poder de Satanás actual, es grande, su potencia solamente puede ser aplastada
por la Potencia Divina de Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad y por la Fuerza
Infinita que se Me ha concedido a Mí, vuestra Madre, para proteger a los
verdaderos hijos de Dios en estos tiempos.
Acercaos a Mí, Mis pequeños. Como os dije,
Mi Corazón es refugio seguro para
vuestra salvación.
Traedme almas, para que juntos se las llevemos a Nuestro
Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: La pequeñez a la cual todos vosotros debéis añorar y buscar, es la de las
almas humildes, sencillas, pero Satanás se ha encargado de que busquéis el ser
poderosos en el mundo.
Hijitos Míos, os he mostrado, a lo largo de la
historia, cómo Yo siempre prefiero a los pequeños. Busco la inocencia
espiritual, busco la donación de las almas, busco el servicio de las almas que
se Me dan y, siempre, con respeto y en una donación total.
Satanás sabe cómo Me molesta y cómo Me duele que se meta con Mis pequeños, ya
sean los pequeños que apenas van naciendo, que están en el vientre de sus madres
o los ya nacidos, que son pequeños e inocentes, o con aquellas almas que aunque
sean de mediana edad o mayores, pero que tienen una plena confianza en Mí.
Ya os he hablado, Mis pequeños, de la inocencia espiritual que, aunque seáis
grandes en años, podéis seguir siendo inocentes y pequeños y esto se logra con
Mi Gracia y así voy preservando almas para Mí, para Mi servicio y para ejemplo
de todos vosotros.
La pequeñez a la cual todos vosotros debéis añorar y buscar, es la de las almas
humildes, sencillas, pero Satanás se ha encargado de que busquéis el ser
poderosos en el mundo. Ya no sois esas almas que Me buscan, que Me tienen en
todo momento, que platican Conmigo, que Me dan Mi lugar en todo lo que vosotros
hacéis o queréis lograr.
Satanás ha engañado y corrompido a las almas para que Me olviden, que no piensen
en Mí, que no Me busquen, que no se den cuenta de que dependen en totalidad de
Mí. La soberbia os debilita, Mis pequeños, ésta es una gran realidad, mientras
más os creéis fuertes ante vuestros hermanos, más insignificantes y débiles sois
en realidad, porque Mi Gracia no está con vosotros.
Esto lo veis ya en todos niveles de vuestra existencia, a través de los medios
de comunicación. Veis cómo se exalta al poderoso, aún al malo, que se llena de
riquezas o poderío intelectual. Se os hace ver cómo las almas deben buscar la
grandeza ante todo y no importa si los bienes son bien habidos o mal habidos. Al
tener ese poderío, se les respeta, aunque sean almas malas que están aniquilando
a otras.
¡Cuánto error estáis viviendo y, lo peor de todo, es que vosotros os lo creéis!
Estáis viviendo en un ataque continuo a vuestro alrededor, en donde os
arrebatáis, los unos a los otros, los bienes humanos para llenar vuestras arcas
y, así, os podáis burlar de aquellos que no tienen ese poderío económico que
vosotros tenéis, aunque haya sido mal habido.
Las leyes humanas se han vuelto injustas y hasta protegen a aquél que actúa en
el mal. El que más tiene se vuelve amigo de aquél otro, que también tiene mucho,
se respaldan y protegen y se siguen aprovechando de los débiles, se burlan del
que no tiene y lo aplastan todavía más, hasta aniquilarlo.
Por eso busco a los pequeños, a los que no entran dentro de esta realidad que
estáis viviendo, busco a aquellos que al tener Mi Sabiduría, se dan cuenta que
lo más valioso, es el contar Conmigo.
Yo Soy vuestro Dios y aquellos que Me buscan, son pequeños, sencillos, pero
infinitamente más poderosos que aquellos que tienen mucho de lo del mundo.
Ciertamente aquellos que tienen de lo del mundo, no tienen Sabiduría, no viven
una realidad, viven el momento y no buscan su futuro eterno. ¿Cuánto tiempo les
van a durar esas riquezas mal habidas? Muchas veces, llenas de sangre, de
injusticia y de maldad, ¿de qué les van a servir? Ciertamente, ellas mismas les
impedirán entrar al Reino de los Cielos, serán una carga tremenda al momento de
su Juicio Personal, se hundirán junto con éeas riquezas, como así les llaman, en
el fuego eterno.
Mientras, las
almas que están Conmigo, al haber aprendido a olvidarse de las cosas del mundo,
volarán hacia Mí.
¡Cuánto error hay en el mundo!, pero porque el Mundo no ha querido tomar todas
las riquezas que se derramaron en Sabiduría Divina de parte Mía y de Mi Hijo. El
Mundo ha desperdiciado estas riquezas Divinas y erróneamente buscó lo humano,
ése lastre que no les permite subir hacia lo verdadero, hacia lo espiritual.
Muchas almas sucumben y se condenan por estar buscando la falsedad a donde os ha
llevado Satanás.
Ven el brillo del
oro y de la plata y no saben ver lo fulgurante de Mi Gracia, de Mi Divinidad.
Dadme las gracias, Mis pequeños, los que estáis Conmigo, porque vine a vosotros,
os rescaté, estáis Conmigo y tenéis derecho a un gozo eterno. Dadme las gracias,
porque en ningún momento Me aparté de vosotros y, aunque caíais, Yo os
levantaba. Ciertamente, poníais de vuestra parte y regresabais a Mí, pero ya
erais Míos y os seguía protegiendo y guiando hacia la Sabiduría Divina.
Dadme las gracias, Mis pequeños, porque debéis saber que sin Mí, no sois nada,
que todo lo que tenéis, todo, absolutamente todo, proviene de Mí. Os he dado la
vida, os he dado el movimiento, os he dado la Gracia de servirme y no Me habéis
fallado, aunque a momentos caíais, pero tomasteis la mejor parte y Yo no Me
puedo separar de aquellas almas que están Conmigo.
Vosotros tenéis derecho al Reino de los Cielos, aunque sois pequeños e
inestables, que a momentos estáis Conmigo y a momentos Me abandonáis. Os habéis
donado a Mí y Yo Me dono a vosotros. Ciertamente, vosotros ganaréis
infinitamente más que lo que Yo gano con vosotros pero, aún así, os amo, amo
vuestra pequeñez, pero una pequeñez con un valor infinito porque vosotros estáis
Conmigo y Yo estoy con vosotros.
Valéis por Mí, manteneos así, pequeñitos,
totalmente vacíos de vosotros, vacíos del Mundo, pero llenos de Mí.
Gracias, Mis pequeños.
Página Principal (Índice del tema)
Página Siguiente (Vuestro diluvio, vuestro exterminio está....)
Páginas principales
Índice General y páginas misceláneas
Meditemos con Jesús (importante)
Reflexiones y mensajes de María
Mensajes: El Libro de la Verdad
Videos de música religiosa (popular)
Rosarios, Coronas y Coronillas
Esta página pertenece al sitio "Oraciones y Devociones Católicas"
Visite siempre la Portada del sitio, siempre hay algo interesante ahí.